Otra vez Vox volvió a hacer ruido, pero solo eso: ruido. Los grupos parlamentarios que han conmemorado hoy el 134 aniversario del nacimiento de Blas Infante se han comportado como si Vox no existiera, sin hacer alusión alguna en sus discursos al feo agravio que la formación ultraderechista le había hecho unas horas antes al Padre de la Patria Andalucía al asociar su memoria a una España “cainita” y anunciar que no asistiría al homenaje institucional.

Precisamente dentro de poco más de un mes, el 11 de agosto, se cumplirán 83 años del asesinato de Infante en el kilómetro cuatro de la carretera de Carmona. Quienes apretaron el gatillo fueron los golpistas sublevados contra la legalidad republicana, algunas de cuyas ideas, aunque derrotadas en la Segunda Guerra Mundial, son vistas con simpatía por Vox y otros partidos ultras europeos. Infante tenía 51 años y jamás hizo daño a nadie.

Una conmemoracion distinta

En todo caso, la conmemoración de este año ha sido distinta a las del pasado porque era la primera vez que un partido con representación parlamentaria rechazaba explícitamente el que hasta ahora había venido siendo un símbolo de la autonomía andaluza unánimemente compartido.

Y distinta también porque, tristemente, comenzaba con un minuto de silencio por la muerte del senador socialista andaluz José Muñoz, parlamentario autonómico durante varias legislaturas y persona muy querida por compañeros de partido, adversarios políticos y hasta periodistas.

Una voz de alerta

Era, por lo demás, la primera vez que el acto se celebraba con el Partido Socialista en la oposición, representado por una Susana Díaz que sí hizo mención a “los nubarrones” que se ciernen sobre el horizonte andaluz porque “hay en la Cámara una fuerza de extrema derecha que no cree en nuestra autonomía". Es preciso estar alerta, dijo Díaz, "para que nadie ponga en peligro lo mucho y bueno que hemos logrado estos años de autogobierno".

Intervinieron también en el acto los portavoces del PP, Ciudadanos y Adelante, así como el vicepresidente de la Fundación Blas Infante, Javier Delmás; la presidenta del Parlamento, Marta Bosquet y el presidente de la Junta, Juanma Moreno. Solo el presidente hizo una reivindicación específica: los 4.000 millones extras que requiere Andalucía para tener una financiación suficiente, según acordaron en la pasada legislatura todos los grupos a excepción de Ciudadanos.

Un hombre bueno y cabal

La presidenta del Parlamento, Marta Bosquet, hizo un discurso muy institucional, con referencias a la necesidad de construir una Andalucía inspirada en el ideal humanista de Blas Infante.

Las palabras más conmovedoras las pronunció el vicepresidente de la Fundación Blas Infante, Javier Delmás: “Blas Infante -dijo- fue un hombre bueno y cabal”, comprometido con una “una ética de la convivencia y una esperanza de justicia para el pueblo andaluz". Estas palabras finales de Demás no le habrían gustada nada a Vox, si hubiera estado presente: "Cuando la descarga ahogó el grito de 'Viva Andalucía libre', él esperaba que por cada gota de sangre derramada nacerían nuevas fuerzas para la libertad y la autonomía del pueblo andaluz".

En términos más institucionales pero no menos identificados con el legado de Infante que Vox desprecia se pronunciaron el portavoz del PP, José Antonio Nieto, que se declaró hereredo “de ese pensamiento de Infante que consideraba que una mayor y mejor Andalucía significaba también una mayor y mejor España"; el portavoz de Ciudadanos, Sergio Romero, para quien Blas Infante fue un ejemplo a seguir; y la presidenta del grupo de Adelante, Ángela Aguilera, que rescató la frase de Infante "en Andalucía no hay extranjeros".