Voces cercanas a bomberos forestales de Andalucía lamentan que la Junta está tomando represalias contra los trabajadores después de una serie de informaciones que ha publicado en los últimos meses ElPlural.com y que denota las condiciones a las que se enfrentan los operarios.
El caso contra el que más pie en pared ponen las fuentes que denuncian la situación a este periódico es el del subcentro de Defensa Forestal de Laujar Andarax (Almería), en obras desde 2022 y que hoy en día cuenta todavía con deficiencia que impide un correcto desarrollo del trabajo.
“Es evidente que desde que hemos denunciado estos lugares y la situación han puesto a los retenes a hacer rutas que, además, entendemos que no cumplen con las condiciones que debería, porque no se ponen en los cuadrantes, se realizan en horario nocturno, a veces sin luz en los coches, se pasan horas debajo de los pinares, etc”, expone Serafín Martín, representante de la Unión Independiente de Trabajadores de Andalucía (UITA) en declaraciones a este periódico.
Martín celebra que el equipo andaluz mejore la tecnología, implante drones y lleve a cabo una actuación en esa línea, pero condena que “no se cuida el caudal humano”. “Me parece bastante hipócrita que mientras venden estas mejoras, la gente no tenga ni siquiera unos sitios básicos en los que poder estar y realizar su trabajo (…) Evolucionamos en la técnica y la tecnología, sí, pero hay que cuidar a las personas”.
Entretanto, el representante de los operarios insiste en la situación del centro, sin luz en algunas zonas y con la imposibilidad de utilizar los aseos. “Hace días fue personal de Medio Ambiente, acudió un técnico de prevención de riesgos laborales, de supervisión… pero las cosas no se han hecho bien”, incide. En este sentido, apostilla que “nadie ha vigilado la obra, ni publicado nada”: “Es de una dejadez absoluta”.
“Debajo de un pino a altas horas de la madrugada”
Los trabajadores que, indican, se están viendo afectados por esta gestión son Almería Especialista (AE)-204 Bayarcal, AE-205 Paterna Del Río, AE-206 Laujar de Andarax, AE-208 Fondó, y A-214 Dalías.
Todos estos pueblos pertenecen a Almería y al ámbito de actuación del Cedefo Alhama de Almería. Dicho de otro modo, están ubicados en la zona del poniente almeriense por norma general, si bien pueden ser desplazados por toda la provincia e incluso el conjunto de Andalucía, lo que “abunda más en la necesidad de tener lugares estables para que los bomberos forestales estén descansando y perfectamente preparados en los tiempos de espera, como cualquier otro bombero”, teniendo en cuenta, además, que, su ámbito de actuación “es mucho mayor que el los bomberos de ciudad.
“La Junta vende el dispositivo INFOCA como lo mejor en innovación y está bien, pero es la cara opuesta a las condiciones básicas y requisitos mínimos que merece el corazón del Dispositivo que en realidad son los Bomberos Forestales del INFOCA”, subraya Martín.
Y recalca la idea de que las rutas no se reflejan en la Evaluación de Riesgos y que los puntos no se encuentran habilitados con luz, agua y aseos, y no “debajo de un pino a altas horas de la noche y de la madrugada”.
No solo el subcentro
La situación del subcentro, más allá del punto de los baños, da como resultado, por ejemplo, que en él haya desde hace años, según denuncian, congeladores con restos animales. Esto, de lo que informaba hace unos días este medio de comunicación, se suma a una larga lista de un escenario, por el momento, poco esperanzador.
Pero no es el único asunto que lamentan los bomberos forestales de Andalucía, y es que en el último verano -especialmente voraz en materia de incendios-, los profesionales han actuado frente a las llamas con comidas indignas, descansos que no se respetan, cascos caducados (esta situación ya se revertió) u otras instalaciones o materiales deficientes. Sobre ello, contaban también a ElPlural.com que hacía años que no se revisaban los sistemas de pararrayos de los que disponen las casetas de vigilancia.
Ante lo que se viene
Muchos bomberos forestales trabajaron en situaciones de dejadez absoluta en el fue el peor verano del siglo en nuestro país en cuanto a incendios se refiere. En nuestro país se quemaron más de de 380.000 hectáreas, casi 34.000 de ellas solamente en agosto, según una estimación del Sistema de Información Europeo de Incendios Forestales (EFFIS) de Copernicus.
Las comunidades autónomas más afectadas por las llamas fueron Galicia, Castilla y León, Extremadura y, en menor medida, Andalucía y la Comunidad Valenciana, aunque zonas aisladas de otras regiones como Tres Cantos (en Madrid) se vieron igualmente superadas por la catástrofe natural.