Una simple “maletilla de las letras/ por los atajos de España” ha derrotado a toda una eminencia de las letras franquistas. No solo la historia literaria, también el nomenclátor empieza a hacerle justicia a Gloria Fuertes (Madrid, 1917-1998), a quien seguro que la habría hecho feliz saber que un colegio de Jerez acaba de sustituir el nombre de José María Pemán por el suyo.

No en vano, en su poema ‘Autobiografía’, que ocupa un lugar preeminente en la web de la Fundación Gloria Fuertes, aludía la popular poeta madrileña con bastante sorna al autor de la letra del himno nacional: ‘y quiero comprarme a plazos una flor natural/ como las que le dan a Pemán algunas veces”.

La denuncia y la votación

Muchos años después de aquellos versos, la comunidad escolar del colegio José María Pemán ha decidido por votación cambiarle el nombre a raíz de la denuncia presentada en su día por la Plataforma de Memoria Democrática de la ciudad gaditana por infringir la Ley de Memoria Histórica.

Tras aquella denuncia de la plataforma y la votación impulsada por el consejo escolar del centro, donde Gloria Fuertes obtuvo más de la mitad de los alrededor de 200 votos emitidos, el colegio debe solicitar ahora un informe favorable del cambio de nombre al Ayuntamiento de Jerez, tras lo cual se formalizaría la propuesta ante la Consejería de Educación de la Junta.

Dos estilos

La escritora que de niña aprendió “a regatear en las tiendas/ y a ir a los pueblos por zanahorias”, la que nació para “hacer reír a los clientes desahuciados” o para “divertir a la gente haciéndola pensar”, la creadora estremecida que nunca supo muy bien si había nacido “para puta o payaso” se impone pacíficamente a quien fuera el poeta por antonomasia del régimen, cuya generosidad personal con jóvenes escritores en el tramo final del franquismo nunca lograría blanquear del todo su negro pasado político.

Pemán fue el autor no solamente de una letra del himno nacional que nadie canta (‘Viva España/ alzad los brazos hijos del pueblo español/ que vuelve a resurgir…), sino de aquellos otros versos, hijos o por lo menos vecinos de la infamia, referidos a las mujeres y los hombres leales a la República: "Así gritan, al fondo de la calleja oscura/ los bramidos de las fieras,/ de mil hombres borrachos de locura/ y mil sucias rameras,/ en furia de sexo hambriento y sin ternura”.

‘Los envenenadores’

Miembro de la denominada Junta Técnica de Estado, a todos los efectos el primer gobierno provisional de Franco en plena Guerra Civil, Pemán fue uno de los ideólogos y artífices de la depuración de más de 50.000 maestros de República.

Una circular firmada por él contenía estas sobrecogedoras afirmaciones: "Es necesario garantizar a los españoles, que con las armas en la mano y sin regateos en los sacrificios y sangre salvan la causa de la civilización, que no se volverá a tolerar, ni menos a proteger y subvencionar a los envenenadores del alma popular, primeros y mayores responsables de todos los crímenes y destrucciones que sobrecogen al mundo y han sembrado de duelo la mayoría de los hogares honrados de España". 

Las injurias 

En febrero de 2016, la titular del Juzgado de Instrucción 2 de Jerez archivaba la querella contra la concejal de Izquierda Unida Ana Fernández por un presunto delito de injurias y calumnias por llamar “asesino” al escritor durante un pleno municipal.

La magistrada entendió que los hijos del intelectual franquista, que falleció en 1981, carecían de "legitimación activa" para denunciar a la edil. La familia de Pemán recurrió el archivo, pero la Audiencia de Cádiz rechazó el recurso.