Su nombre es Juan José Bonilla y, aunque su nombre y su filiación son desconocidos para el gran público, la mera reproducción de las palabras que pronunció ayer en el Ayuntamiento de El Ejido basta para identificar las ideas en las que milita. Sus palabras fueron estas: "Si algo aprendí de mis abuelos y de mis antepasados es que razonar con la izquierda es perder el tiempo. Solo voy a contestar con un chascarrillo que decía mi abuela, que en paz descanse: ‘Tiempo de rojos, hambre y piojos'”.

Bonilla es, en efecto, el portavoz de Vox en el Consistorio almeriense, donde gobierna con el Partido Popular y donde los ultras obtuvieron uno de sus mejores resultados de toda España. Las palabras de Bonilla eran su respuesta al reproche de los socialistas de que al partido ultra no le importaban las mujeres

La intervención se produjo durante el debate sobre la continuidad del Ayuntamiento en el sistema nacional de seguimiento de víctimas de violencia machista, del que el gobierno local había decidido inicialmente descolgarse aunque posteriormente el alcalde, Francisco Góngora (PP), recitificó.

Ayer, PP y Vox votaron distinto por primera vez en un Pleno, donde prosperó la moción presentada por el PSOE y apoyada por PP y Ciudadanos para que la ciudad no abandone el sistema de protección a las mujeres amenazadas.