Han sido tres decepciones encadenadas. El plantón de la ministra Fátima Báñez al Parlamento, la pérdida de la Alcaldía de Granada y el ‘no’ del alcalde de Málaga a encabezar la lista al Congreso han debilitado el liderazgo del presidente del PP andaluz. Al menos internamente, pues externamente las perspectiva electorales de Juanma Moreno no son malas: la irrupción de Unidos Podemos puede restar diputados al PSOE al 26J, lo que permitiría al PP desquitarse de la ventaja de un escaño que le sacaron los socialistas el 20D. El de la ministra ha sido un plantón que deja al presidente del PP andaluz en una posición poco airosa. Juanma Moreno había adelantado incluso que la comparecencia de Fátima Báñez depararía “sorpresas” no muy agradables para el Partido Socialista, lo cual indica que el líder del PP no solo daba por hecho que la titular de Empleo iría a declarar al Parlamento andaluz, sino que parecía tener información de primera mano de lo que pensaba decir ante la comisión de investigación que intenta esclarecer la gestión de las ayudas a la formación para el empleo. LÍO EN MÁLAGA, DERROTA EN GRANADA No es la primera vez que la autoridad del líder del PP queda en entredicho. El penúltimo episodio relacionado con la debilidad de su liderazgo ha sido con ocasión de elegir al cabeza de lista al Congreso por la provincia de Málaga, un puesto que finalmente ocupará Carolina España, número tres al Congreso en las elecciones del 20 de diciembre. Con anterioridad, el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, le había dicho que no a Moreno, y eso después de que el cabeza de lista el 20D, José María García Urbano, diera a su vez la ‘espantá’ al comprobar que era incompatible con el cargo y el sueldo de diputado seguir cobrando como registrador de la propiedad. Y si Málaga ha sido el penúltimo tropezón orgánico de Moreno Bonilla, Granada fue el antepenúltimo. El PP ha perdido la ciudad, ahora con alcalde socialista, porque la dirección regional no fue capaz de contener la furia de José Torres Hurtado, que dimitió tras ser investigado por presunta corrupción urbanística pero lo hizo llevándose por delante a quien, con el visto bueno de Ciudadanos, iba a ser su sucesor en la Alcaldía: el concejal y presidente del PP granadino Sebastián Pérez. Moreno Bonilla no fue capaz de impedir lo que ha sido interpretado como una humillación en toda regla del presidente provincial del partido, cuya renuncia el PP no ha logrado explicar satisfactoriamente, más allá de comentar que había sido una exigencia del alcalde saliente. UN 26J CON BUENAS PERSPECTIVAS Y sin embargo los tropiezos de Moreno no parece que vayan a tener consecuencias electorales para él ni para su partido en la cita del 26 de junio. Ya en diciembre pasado el PP, con 21 diputados, se quedó a solo un punto y medio del PSOE, que ganó a su adversario por un diputado, y ello cuando lo había derrotado con autoridad nueve meses antes en las autonómicas andaluzas al sacarle casi nueve puntos. En el PSOE andaluz no desconocen que les será muy difícil mantenerse como primer partido el 26J: según las encuestas, el PP está aguantando bien el tirón de una nueva convocatoria y la nueva alianza formada por Izquierda Unida y Podemos está en alza y lo más probable que es arrebate algún que otro diputado a Susana Díaz. Moreno Bonilla puede, pues, encontrarse el 26J con una victoria no demasiado merecida a la vista de su gestión territorial, ciertamente. Pero también en las municipales de mayo de 2105 el partido tuvo en Andalucía fuertes pérdidas electorales e institucionales que no eran atribuibles ni a los alcaldes ni al propio Moreno Bonilla, sino más bien a la impopular gestión del Gobierno de Mariano Rajoy.