Lo impensable, ha sucedido. Ayer por la tarde, cuando estaba felizmente en casa rodeado por toda mi familia, eso sí, guardando las distancias, como ella no se cansaba de decir, llamó mi hermano Quique para comunicarme lo que no se puede comunicar, que nuestra querida Nanda había muerto de forma súbita en su casa. Si, Nanda, la enfermera, la que había dado positivo y se había recuperado, la que no había dejado de trabajar porque podía hacerlo desde casa, la que estaba pendiente de todos y todo, ya no estará más entre nosotros. Hablé con ella por última vez el día 13, porque me llamó para saber si me había molestado un comentario de una sobrina en el chat familiar, ella era así, siempre pendiente de que nada enturbiara la felicidad familiar y cuando le aseguré que no me había molestado nada porque no le había dado el mismo sentido que ella, pasamos a hablar de otras cosas, de venir a La Antilla en cuanto fuera posible y así quedamos para cuando acabara esto,..para nunca.

Mi familia estaba ayer en un mar de lágrimas, en el que el único que no se ahogaba era  Javier que con sus diecisiete meses correteaba y aplaudía con los vecinos a las ocho, consolándonos a todos.

Ella creía en Dios y en la vida eterna y en esa esperanza que no comparto, debe estar ya con José María y mis padres cuidando a los de allí y preocupada  por los de aquí, sobre todo por José Luis que será al que más eche de menos.

El sentimiento que tengo es el mismo que tuve hace casi treinta años cuando murió mi hermano José María, también sin esperarlo, y confío que como entonces el ahogo se pase y tengamos todos consuelo  en su memoria, que ya siempre será emocionada.

Cuando Nanda nació, yo tenía 5 años, fuimos con nuestra padre de visita a la clínica y nos la presentó, a mí me gustó, luego le perdí la pista como pasa con las hermanas menores y cuando acordé era el pivonazo de la foto en la que tiene exactamente la sonrisa con la que quiero recordarla.

Acabo con la última estrofa de "palabras para julia" que me presta José Agustín Goytisolo

"Perdóname. No sé decirte

nada más. Pero tú comprende

que yo aún estoy en el camino."

(*) Profesor jubilado de Educación mediática de la Universidad de Córdoba.