Acabo de enterarme de la existencia de la Cátedra de Estudios Cofrades de la Universidad de Málaga (UMA) gracias a que acaban de fallarse sus V Premios de investigación.

Esa Cátedra responde a una iniciativa del gran actor malagueño Antonio Banderas. Éste creó en marzo de 2010 la Fundación Lágrimas y Favores en honor de la Virgen de la misma advocación (Lágrimas y Favores). A iniciativa del propio Banderas (presidente de la Fundación), casi simultáneamente se gestó en la UMA la Cátedra de Estudios Cofrades, Culturales, Sociales y Económicos de la Semana Santa Malagueña, más conocida como Cátedra de Estudios Cofrades o simplemente Cátedra Cofrade. La Fundación Lágrimas y Favores permanece como su “Patrocinador”.

Inicialmente, el director de la Cátedra fue el vicepresidente de la Agrupación de Cofradías, y profesor de Medicina en la UMA, Jesús Castellanos. Tras la muerte de éste en 2012, la dirección pasó a Benjamín del Alcázar, profesor del Departamento de Economía y Administración de Empresas de la UMA.

La Cátedra comunica que su objetivo esgenerar y fomentar el conocimiento en profundidad de la Semana Santa malagueña es aspectos relacionados con su impacto económico, turístico, cultural y social en su entorno”. Pero lo que hace es algo sutilmente distinto, al cambiar “conocimiento” por “promoción”; por ejemplo, su cuenta de twitter se denomina sencillamente “Cátedra Cofrade UMA” (@CatedraCofrade), y sus tuits no se distinguen mucho de los de las cofradías, a las que promueve sin disimulo. La distinción con ellas viene de que la Cátedra hace más hincapié en los beneficios económicos y empresariales de las actividades cofrades.

En cuanto a los premios de investigación, que se conceden a tesis doctorales o a trabajos de fin de Grado o de Master, llama la atención que el presidente del tribunal de cuatro miembros que desde 2016 los otorga no sea un profesor de la UMA, sino Francisco Javier Domínguez Bandera, hermano menor de Antonio Banderas, como representante de la Fundación cofrade Lágrimas y Favores. Los otros miembros del tribunal son el presidente de la Agrupación de Cofradías de Málaga, y ya, por fin, un representante de la Cátedra y un doctor de la UMA especializado en temas económicos, sociales y/o culturales.

Hay que decir que este no es el único apoyo universitario que tiene la Agrupación de Cofradías de Málaga. En colaboración con ella, la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) impartió entre 2019 y 2020 el curso “Panorama del Universo de la Semana Santa de Málaga”, que acabó con una charla divulgativa sobre la celebración del Centenario de esa Agrupación de Cofradías. Centenario al que, dicho sea de paso, ya se ha apuntado como Presidente del Comité de Honor el Rey Felipe VI; este Hermano Mayor de un sinfín de cofradías es el Jefe de nuestro aconfesional Estado y el primer defensor de nuestra aconfesional Constitución. Tampoco faltará el Ayuntamiento, la Diputación, la Junta, la Legión y otras instancias públicas. Un observador externo diría que a veces parece que estamos en un “Estado de las cofradías” y que España es institucionalmente más que una, beatuna.

Por descontado, los hermanos Banderas están, como cualquiera que lo desee, en todo su derecho de promover iniciativas cofrades, con sus actividades piadosas y a veces caritativas. Lo que inquieta no es eso, sino el papel de la Universidad pública malagueña, con una Cátedra a mayor gloria y servicio de las hermandades de semana santa. Y no se trata sólo de esa Cátedra; por ejemplo, el pasado 14 de noviembre el vicerrector de Estudios de la UMA asistió (junto al alcalde y otros cargos) a una misa en la Catedral por el 75 aniversario de la Cofradía de los Estudiantes, de la que la propia Universidad malagueña es “Hermana Mayor Honoraria”. En la misa también dio la nota el Coro Oficial de la UMA.

Algo parecido ocurre en Sevilla, donde Rectorado, paraninfo, capilla y Hermandad de los Estudiantes se confunden y nos confunden. Recordemos que las cofradías son entidades privadas, adheridas a unas creencias religiosas, y que ni esas creencias ni las actividades cofrades son compartidas por toda la sociedad. Es más, parte de la ciudadanía rechaza unas y/u otras, objetando que se transmita una imagen de Málaga, Sevilla o Andalucía estereotipada, supersticiosa, milagrera, gore, limosnera,… y criticando no el legítimo uso, sino el abuso (espacial, temporal, sonoro, olfatorio y visual) de la ocupación de calles y de la utilización de recursos públicos (erario, policía, limpieza, radio y televisión…).

Podemos preguntarnos si, ya puestos, no hay riesgo de que se siga el ejemplo y se creen otras cátedras como las siguientes:

Aunque no quisiera dar ideas, los nuevos promotores podrían argumentar, emulando a los catedrocofraderos, los beneficios económicos para Málaga del espectáculo futbolero, los juegos de azar y el consumo de alcohol (todo con su cuotita de beneficencia). Y seguro que a los lectores se les ocurren otros temas en los que sentar cátedra (quizás los toros, el tabaco u otras drogas…), todos ellos con los pequeños inconvenientes de que están lejos de beneficiar a toda la sociedad, y que incluso pueden entorpecer el objetivo de unas ciudades y unas comunidades plurales y democráticas que representen y favorezcan la convivencia de una ciudadanía más racional, ilustrada, respetuosa, libre e igualitaria.