El portavoz, consejero de Presidencia y hombre fuerte del Gobierno andaluz, Elías Bendodo, suele mostrarse implacable en sus ataques a los adversarios socialistas, pero muy contenido en sus respuestas a los periodistas aun cuando sus preguntas le incomoden.

Tras aquella vez que se quedó blanco y sin habla cuando la periodista Lourdes Lucio le preguntó si iban a suprimir el alquiler gratis para altos cargos contra el que tanto había clamado el PP desde la oposición, Bendodo comparece cada martes en rueda de prensa bien provisto de argumentos con los que dar respuesta a las preguntas incómodas, cuyo número suele ser directamente proporcional al tiempo transcurrido desde que un nuevo Gobierno toma posesión.

Mal día de ventas

‘Los martes, escándalo’: de la eficiencia política de Bendodo da buena cuenta el rosario de escándalos del pasado aireados en sucesivas ruedas de prensa para exasperación de un PSOE que demasiadas veces recuerda más a un ‘Gobierno en el exilio’ que a una oposición desarbolada a la que le urge recomponer el aparejo de sus navíos, seriamente dañados en la batalla del 2 de diciembre.

Ayer, sin embargo, los últimos excesos de la extrema derecha con inmigrantes y periodistas y los incumplimientos de estos PP y Cs que tan estupendos solían ponerse dando lecciones de regeneración a los demás, torcieron los planes del consejero Bendodo, al que le costó Dios y ayuda vender su escándalo de los martes: en esta ocasión, la condena firme a la Junta a pagar más de 6 millones de euros a la empresa constructora del tranvía de Jaén.

Un mal momento

Hubo un momento –solo un momento– en que el portavoz perdió un poco los papeles cuando le tocó encajar la tercera o cuarta pregunta del periodista Daniel Cela sobre la opinión del Gobierno ante andanzas de Vox como la criminalización de los menores inmigrantes o el veto a periodistas en sus actos de campaña.

Bendodo intentaba escaparse como buenamente podía, pero el periodista no soltaba la presa. Fue entonces cuando llegó la salida de tono del siempre comedido portavoz: “¿Alguna pregunta más que no sea de Vox?”.

El siguiente turno de interpelación, por parte esta vez de la periodista Isabel Morillo, también incomodó de forma evidente al portavoz, que pasó ciertos apuros para justificar determinados nombramientos gubernamentales, como el del marido de la secretaria de Organización de Cs, que contravienen el compromiso solemne de acabar con el enchufismo o de convocar concursos públicos para fichar a directivos de entes públicos.

Tras quedar atrás, como no podía ser de otra forma, las plácidas ruedas de prensa a que tiene derecho todo Gobierno recién estrenado, el portavoz Bendodo tendrá que empezar a acostumbrarse a las comparecencias incómodas. Mucho tendrá que afinar, por cierto, para no verse salpicado por las barbaridades de sus socios neofranquistas: barbaridades cuyo número, además, será a su vez directamente proporcional a sus más que previsibles éxitos electorales.aven