Si para el calendario chino 2019 fue el Año del Cerdo, para el Gobierno andaluz bien podría haber sido el Año de Retrovisor. Pocas veces un nuevo Ejecutivo habrá obtenido más réditos con su estrategia de mirar al pasado en busca de ‘cadáveres en los armarios’ dejados en herencia por sus antecesores.

El nuevo Ejecutivo de PP y Ciudadanos sostenido por Vox comprendió pronto que conducir hacia el futuro el tráiler de la administración autonómica no era incompatible con mantener la vista fija en el espejo retrovisor.

Durante las cuarenta y tantas semanas que Juanma Moreno lleva al frente del Gobierno este ha logrado sus éxitos políticos más sonados no tanto por las cosas que ha hecho como por las que ha descubierto. O dice haber descubierto.

Un profeta inverso llamado Elías

Ciertamente, PP y Ciudadanos tenían buenas razones para poner el foco en el pasado. En realidad, ¿quién no habría hecho lo mismo de haber estado en su lugar? El material aportado por la justicia en sus investigaciones sobre conductas socialistas del pasado era tan valioso -caso ERE, caso FAFFE, caso Formación, caso UGT- que estaba cantado que las derechas no renunciarían a exprimirlo políticamente.

En las sucesivas ruedas de prensa tras del Consejo de Gobierno, el titular de Presidencia y portavoz, Elías Bendodo, ha ejercido eficazmente de profeta del pasado que, semana sí semana no, o bien ofrecía nuevos detalles de antiguas ‘fechorías’ ya familiares para el público o bien revelaba otras nuevas: listas de espera quirúrgica ocultas, dependientes escondidos en los cajones, vacunas escamoteadas, fondos europeos perdidos, cajas fuertes repletas de papeles de los ERE…

Texto y contexto

En el balance hecho el pasado lunes en Málaga por ese profeta inverso que es Elías Bendodo (PP) y por los consejeros Javier Imbroda (Cs) y Rocío Blanco (formalmente Cs, materialmente PP), los tres hablaron más del pasado progresista que del presente conservador: más de los errores de antaño que de los aciertos de hogaño, que a la postre parecen haber quedado muy por debajo de las expectativas suscitadas por el nuevo Gobierno.

El discurso gubernamental sobre el año que acaba viene poniendo el énfasis más en el contexto que en el texto: más en la -innegable- estabilidad política andaluza frente a la -igualmente innegable- incertidumbre nacional que en las cosas concretas que el Gobierno ha hecho gracias a esa estabilidad.

BMI: ¿Bajada Modesta de Impuestos?

El más publicitado de su éxitos habría sido la rebaja fiscal, muy lejos de la prometida BMI (Bajada Masiva de Impuestos) del presidente, cuyos principales beneficiarios, en todo caso, residen en las clases acomodadas.

Según los cálculos de la oposición no desmentidos por la Junta, una persona que herede un millón de euros se ahorrará 150.000 en impuestos y quien tenga unos ingresos de 150.000 euros anuales pagará casi 400 menos en IRPF, frente a los menos de 30 que se ahorrará quien gane 20.000 euros. Para las rentas menos rumbosas, pues, la BMI de Moreno se traduciría como Bajada Modesta de Impuestos.

El fraude de las tres banderas

Blanco, Imbroda y Bendodo intentaron demostrar a su audiencia malagueña que las tres banderas emblemáticas del socialismo andaluz -sanidad, educación y servicios sociales- habían sido “tres grandes fraudes” que el ‘Gobierno del cambio’ estaba corrigiendo con un gran esfuerzo materializado nada menos que en 682 medidas.

La consejera de Empleo, por ejemplo, dijo haberse encontrado en su departamento con "una escombrera en la que tenemos que estar levantando cascotes para limpiar".

La metáfora de Rocío Blanco ponía muy alto el listón del tremendismo, pero Javier Imbroda superó la marca con este prodigioso salto de pértiga: no solo en la Cataluña nacionalista la educación habría sido “utilizada para adoctrinar hacia la independencia", también en la Andalucía socialista “ha habido un adoctrinamiento para la permanencia de un partido político en el poder".

La cosecha del 19

No lo tenía fácil, pues, Bendodo para superar a sus compañeros. Tal vez por ello decidió centrarse en explicar por qué y cómo ahora “las cosas sí funcionan”. El Gobierno del PP y Cs habría mejorado significativamente los datos de empleo, recaudación, afiliación a la Seguridad Social, rebaja impositiva, turismo, exportaciones…

Y todo ello en solo once meses. Los mismos once meses, por cierto, que suele mencionar el consejero Jesús Aguirre para justificar que, si no ha conseguido mejorar la sanidad al ritmo que prometió, es porque en tan poco tiempo era imposible hacerlo teniendo en cuenta el ruinoso estado en que la habrían dejado sus antecesores. A veces once meses dan para todo y otras apenas dan para  nada.

Lo que dicen ‘los otros’

Las cifras del ‘milagro de Moreno’ publicitadas por Bendodo están muy lejos, sin embargo, de coincidir con las manejadas, por ejemplo, por el exconsejero socialista de Hacienda, Antonio Ramírez de Arellano.

¿Crecimiento? Entre 2013 y 2018 Andalucía “creció a un ritmo medio del 2,6 por ciento, frente al 2,1 previsto para 2019”.

¿Exportaciones? De enero a septiembre de 2018 “ascendieron a 24.550 millones de euros, con un crecimiento del 8 por ciento anual, mientras que en esos mismos meses de 2019 fueron de 23.968 millones de euros, es decir casi 600 millones menos, mientras que crecían en España”.

¿Empleo? En 2018 en Andalucía el empleo aumentó en 118.600 personas, un 4 por ciento, y el paro descendió en 126.200 personas, un 13,2 por ciento, siendo la comunidad autónoma “con mayor aumento del empleo y mayor reducción del paro”, mientras que “ahora el empleo crece justo a la mitad de ese ritmo, al 2 por ciento, y desde que comenzó el año, según la EPA, el paro ha subido en 30.000 personas”, afirma el portavoz socialista de Hacienda en el Parlamento andaluz.

El flanco más débil

MPor lo demás y más allá de las cifras, el Ejecutivo de Juanma Moreno no ha pasado especiales apuros para lidiar con los ataques de la oposición a su flanco en principio más débil: el defendido por las falanges de la extrema derecha agrupadas bajo la marca de Vox, poco numerosas pero decisivas para garantizar la estabilidad del Gobierno. De momento, la penitencia por el pecado de aliarse con Vox ha sido si no insignificante, sí bastante llevadera para el Gobierno.

Los ultras andaluces, ahora comandados por el abogado Alejandro Hernández en sustitución del extravagante magistrado Francisco Serrano, han preferido ir poco a poco, ganando posiciones doctrinales en la batalla del discurso y sumando modestas conquistas presupuestarias, pero sin caer -todavía- en las bravuconadas a las que tan aficionados son sus compañeros de Madrid.