Pilar Alegría pone a punto al PSOE de Aragón para la precampaña. La ex ministra de Educación, Formación Profesional y Deportes, que el pasado martes protagonizó su última función en el Consejo de Ministros, centra ya todo el foco en el 8 de febrero. La dirigente socialista ha dado el pistoletazo de salida a la precampaña electoral y lo ha hecho con un mensaje meridiano y contundente: Aragón no puede arrogarse a las desigualdades ni al conformismo del “esto es lo que hay”. Desde su localidad natal, La Zaida, Alegría se ha presentado como la alternativa a Jorge Azcón (PP) para ofrecer a sus paisanos “el presente y el futuro que merecen”.
Arropada por una nutrida representación de dirigentes socialistas, cargos públicos y alcaldes, junto a los vecinos de la localidad, la candidata ha reclamado la movilización total del partido para afrontar una campaña que ha catalogado como decisiva. “Os necesito a todos y todas comprometidos, movilizados. Demos un paso adelante. Yo sola ni quiero ni puedo”, ha precisado Alegría mientras apelaba a la unidad de la “familia socialista” como condición sine qua non para recuperar el cetro de mando en Aragón. Así, ha reivindicado el proyecto política que aspira a construir, convirtiendo a la región en un centro inclusivo, “donde quepan los sueños de todos y todas” y en el que nadie se vea obligado a marcharse para poder cumplirlos. En definitiva, un Aragón que acompañe, proteja y cuide, pero también que colme a los aragoneses de oportunidades por igual, a la par que afiance derechos.
Abanderando la enseña de la “política útil”, Alegría ha definido su intervención como la más sustancial de su carrera, abriendo un tenue resquicio a la emoción y admitiendo la responsabilidad – e incluso vértigo – intrínseca al desafío que representa la cita autonómica. Ha querido una puesta en escena cercana. De igual a igual. Sin atriles ni elementos diferenciadores, barnizando su candidatura con una gruesa de capa de cercanía para clarificar que su verdadera motivación no es otra que el Aragón del progreso, de las oportunidades y de la esperanza. Un objetivo – ha prometido – por el que trabajará “sin descanso”.
Dardos a Azcón
En este sentido, la exministra desplegó sus primeras andanadas de artillería contra el presidente del Gobierno de Aragón, el popular Jorge Azcón, sembrando la duda sobre la verdadera motivación de este adelanto electoral. Alegría afeaba al conservador que la decisión está impregnada de un interés particular que no responde al sentimiento del pueblo aragonés. “Cuando Aragón llama, no se le hace esperar ni un minuto”, ha avanzado la socialista, defendiendo que su compromiso con la región está por encima de cualquier cálculo partidista y dejando entrever que la convocatoria está marcada desde la calle Génova.
Buena parte de su intervención, de hecho, ha orbitado sobre un balance de los dos años de gobierno de Azcón, a quien ha acusado de fomentar la confrontación y de buscar excusas para eludir responsabilidades. “Cuando la gente te vota, te pide que te hagas cargos de sus problemas y de sus anhelos”, ha precisado la exministra, señalando que la Administración del Partido Popular ha sido incapaz de responder a los retos reales de la región. En consecuencia, ha advertido de que los conservadores aspiran a una campaña de “perfil bajo” para evitar que su gestión se sitúe en el foco del debate público, sujetando su argumentación sobre la actuación del presidente durante los episodios de lluvias torrenciales y riadas; recordando que el propio Azcón se encontraba de vacaciones y de viaje en coche oficial a un festival en Galicia.
Por su parte, ha denunciado también que Aragón no sólo está sujeto al poder de Génova, sino que también está “maniatado por Vox”. Alegría ha sugerido que la influencia de Vox se ha notado en los servicios públicos, argumentando que sólo parecen tener sentido si se convierten en el negocio de unos pocos. En definitiva, un proyecto político que ha calificado como fallido y que se contrapone a un modelo – el socialista – anclado en valores como la humildad, la empatía, la honestidad y la serenidad. De esta manera, se compromete a liderar un espacio político – y un futuro gobierno – basado en el acuerdo para poner fin al frentismo y rebajar “el volumen de odio”. En otras palabras: recuperar un Aragón de la concordia, en el que se respete también a quien piensa diferente.
Reto aceptado
Aun con todo, Alegría no ha rehuido la dificultad que entraña el salto al barro autonómico; máxime en un momento de extrema complejidad para el PSOE. No obstante, ha defendido que su actitud y la de su partido es la de reconocer los errores, pedir disculpas y rectificar. En este contexto, ha defendido que la convocatoria electoral abre una “ventana de oportunidad” para volver a estar “al lado de la gente corriente” y explicando un proyecto sólido frente al “papel mojado” del Partido Popular.
Precisamente, su adversario le retaba este sábado a dirimir la cuita política en un debate televisado. Un reto que ha aceptado la propia Alegría y que lo ha definido como la mejor oportunidad para confrontar modelos y explicar a los aragoneses su propuesta de progreso responsable, con la prioridad de defender Aragón y a quienes viven en él. “Soy Pilar Alegría y, con vuestro empuje, voy a ser la próxima presidenta del Gobierno de Aragón”, ha rematado entre gritos de “presidenta, presidenta”.