En esto de las nuevas tecnologías todavía queda mucho por ver, aunque tal y como se desarrollan los acontecimientos, parece que ese ‘mucho’ es cada vez menos.

En el pasado Mobile World Congress de Barcelona que rompió marcas como el número de visitantes (108.000), se pudo comprobar hacia dónde camina una parte importante de una industria dominada casi siempre por lo que va a llegar. De ahí que se pueda afirmar que el sector, a medio plazo, girará en torno a la conexión 5G, los coches autónomos y el desarrollo definitivo del Internet de las Cosas.

Sin embargo, hay campos en los que las NNTT avanzan a base de ejemplos prácticos. Uno de ellos es el del sexo. El desembarco de la innovación en esta materia responde a la lógica, no en vano, esta industria es de las que más dinero mueve en el mundo, de manera que su suma con la tecnología da como resultado un matrimonio de conveniencia económica a todas luces fructífero.

Quizás con ese objetivo se ha desarrollado un wearable, la llamada tecnología ‘ponible’, que quiere romper moldes, nunca mejor dicho. No se trata de relojes inteligentes, de collares capaces de detectar si comemos más de la cuenta o de joyas que esconden lo último en almacenamiento de datos. Para nada. Como aquel programa de la Doctora Ochoa, hablamos de sexo y, en concreto, de sexo seguro y tecnológico.

¿Hablamos de sexo?

¿Y qué producto encaja a la perfección en esta definición? El i.Con, el primer preservativo wearable del mundo. Sus características son múltiples desde el punto de vista tecnológico, aunque lo primero que hay que aclarar es que se puede utilizar con o sin condón, puesto que el i.Con es un anillo que se adapta a la base del pene y que, en el caso de usarlo con el método anticonceptivo más universal, dicen sus creadores que, incluso, ayuda a que su sujeción sea mejor… la del preservativo.

Seguro que ahora mismo muchos están pensando ‘vaya, otra de esas invenciones que se sirven del tirón de la curiosidad sin que tengan un valor real’. A lo mejor tienen razón, pero de este preservativo inteligente llaman la atención algunas cosas que se suman a las habituales de otros gadgets ‘ponibles’.

Velocidad de penetraciones y calorías

Sus funciones o, mejor dicho, los datos que recoge son múltiples y variados. Así, tal y como aparece en la web de British Condoms, empresa que desarrolla el i.Con, el que denomina como smartcondom es capaz de calcular el número de posturas utilizadas, la circunferencia del pene o la temperatura media; junto a éstas recopila información más precisa sobre la cantidad y la velocidad media y máxima de penetraciones, el tiempo que dura cada acto sexual e, incluso, para los obsesionados con el peso, hasta las calorías quemadas.

Seguramente, si has llegado hasta aquí te estarás preguntando cómo recoge todos esos parámetros y dónde puede el usuario verlos de forma precisa. Lo primero se resuelve de la misma forma que en otros gadgets, es decir, mediante “un nano-chip y sensores”, como especifican sus creadores. Con ellos, el i.Con monitoriza todos los datos de alguien que está manteniendo relaciones sexuales. Esa información, una vez finalizado el acto, vía Bluetooth puede ser transferida al dispositivo en el que el usuario la almacene.

Una autonomía de horas…

Más de uno ya estará haciendo sus cábalas sobre cómo adquirir uno de estos condones de última generación. Hay que aclarar que todavía no están a la venta, aunque sí se puede reservar al precio de 59,99 libras (aproximadamente 70 euros).

Por cierto, para los que tengan dudas acerca de la autonomía de este i.Con es preciso aclarar que, tras su carga en una hora a través del puerto micro USB que incorpora, permite un uso continuado de entre 6 y ocho horas ¿Será suficiente?