Al hablar de cirugía estética lo primero que se viene a la cabeza son operaciones quirúrgicas que sólo buscan embellecer la parte física de alguien, pero en el caso de la oculoplastia (o cirugía plástica ocular) este tipo de intervenciones también tienen otros propósitos y se centran en los problemas que puedan subyacer en las órbitas de los ojos, en los lagrimales y en los párpados. Por supuesto, con estas intervenciones también se consigue un rejuvenecimiento facial, pero no es lo único.

En el caso de los problemas que una persona puede presentar en las órbitas y que se pueden tratar con oculoplastia destacaríamos dos: la orbitopatía tiroidea (que es la que padecen las personas que cuentan con retracción del parpado o con exoftalmos (lo que, comúnmente, se denomina como 'ojos saltones') y la pérdida ocular (aquí se aplican tratamientos para las personas que han perdido un ojo y que ven afectada su parte psicológica por ello. Se pueden implantar prótesis que han demostrado que ayudan a los pacientes a recuperar un estado de salud mental pero, para esto, hace falta aplicar técnicas como evisceración o enucleación)

Si el problema tiene su origen en el lagrimal, lo primero que hay que tener en cuenta es que es algo muy común (tanto en niños como en adultos) Una gran parte de las consultas a oftalmólogos provienen por una falta o un exceso de lagrimeo involuntario. Es importante, antes de nada, ver qué otros síntomas lo acompañan para optar por el tratamiento más adecuando. El tener un constante lagrimeo, no sólo resulta molesto, sino que además puede incurrir en contraer un mayor número de infecciones. Lo mejor es que siempre se busque la técnica que se precise y la menos invasiva en cada caso.

En cuanto a los problemas derivados de los párpados lo más importante es señalar que no se debe relegar esta parte del cuerpo porque cumple con una función vital para mantener la buena salud del ojo. En esta área hay múltiples enfermedades que pueden darse, como son: el ectropión (cuando el párpado se orienta hacia afuera); el entropión (cunado hay un pliege o inversión del párpado en dirección a la superficie del ojo); la ptosis palpebral (o lo que es lo mismo, párpado caído) o tumoraciones (lesiones benignas o malignas en los párpados)

En el ámbito más estético, con este tipo de cirugía ocular se pueden eliminar las 'bolsas' que suelen aparecer con la edad a través de la blefaroplastia. Junto con la cirugía cosmética palpebral se pueden conseguir efectos muy rejuvenecedores y naturales.

La oculoplastia se lleva a cabo de forma ambulatoria y con anestesia local y, al igual que cualquier otra cirugía, conlleva sus riesgos por este motivo es importante ponerse en manos de oftalmólogos especialistas y que realicen exámenes previos que descarten alteraciones incompatibles con este tipo de cirugía.

Los avances que han aparecido en los últimos años asociados a este tipo de cirugía garantizan materiales más ligeros, biocompatibles y sofisticados, así como operaciones menos invasivas que no suelen dar complicaciones importantes en el postoperatorio.