“Era necesario”, ha dicho Cristina Cifuentes (presidenta de la Comunidad, pero también de la gestora del PP madrileño) como justificación para cortar la cabeza de quien era hasta este jueves la portavoz adjunta de su partido en la Asamblea. “No podía seguir en la dirección del grupo teniendo la situación que teníamos, tan anómala”. Y la verdad es que tenían un buen lío en el PP de Madrid.

Depresión por "agresiones verbales"

Para quien no lo recuerde, Elena González-Moñux, que es a quien se refería Cifuentes, denunció el pasado 10 de octubre que sufría “una depresión mayor a causa de las elevadas agresiones verbales” que estaba sufriendo por parte de Enrique Ossorio, portavoz del Grupo, y por tanto su jefe directo. La situación, en la que los dos amenazaron con demandas cruzadas, era tan grave que González-Moñux estaba de baja médica.

Fuentes que conocen bien la personalidad de los dos han explicado a ELPLURAL.COM que las quejas de la afectada estaban basadas en lo que “es y ha sido siempre el comportamiento habitual de Enrique Ossorio, tanto ahora como cuando era Consejero de Economía y Hacienda”. Lo que vienen a decirnos es que “bordea el maltrato verbal con quienes le rodean porque su inteligencia emocional es la misma que la de una almeja”, y en ese sentido, se le disculparía con el habitual “él es así”.  

De alguna forma, nos dicen en el PP madrileño, el choque entre los dos podría estar anunciado. “Él es muy retorcido; es un hombre que quiere brillar solo.., de alguna forma tiene un punto de acomplejado que supera no consintiendo que nadie a su alrededor pueda hacerle sombra, lo que ha causado que tuviera problemas de relación siempre en sus cargos… No es un hombre al que quieran sus equipos”.

Una superviviente de los aparatos

Y por otra parte, nos dicen, Elena González-Moñux es “la clásica persona superviviente del aparato. Era la más de Gallardón con Gallardón, después fue la más de Esperanza con Aguirre y ahora creía que era la más de Cifuentes con Cristina hasta que le ha pasado esto”. Y acaban el retrato de la ya exprortavoz adjunta advirtiéndonos que “es la clásica persona que quiere hacer todo por sí misma, tener hueco, estar siempre actuando para hacerse notar con su jefe.., justo lo que Ossorio no consiente”.

El pulso, que evidentemente ha perdido González-Moñux, estaba sentenciado desde el principio, nos dicen “porque Cristina (Cifuentes) no podía dejar en evidencia a quien es su portavoz”, pero también nos aseguran que son varios los diputados de la Asamblea que “han enviado wsps a Elena mostrándoles cariño y apoyo, y que verían con buenos ojos que hubiera caído Ossorio.., pero nadie, claro, se atreve a hacer esa disensión pública. Y menos ahora”.

Para redondear y poner la guinda en el lío, Cristina Cifuentes ha nombrado para sustituir a Elena González-Moñux a la diputada Isabel González. Quizás a mucho nos les diga gran cosa. Pero resulta que es la hermana de Ignacio González, el predecesor de Cristina Cifuentes y durante años, y por muchas razones, su archienemigo. Con menos, se hacen series de enredo.