El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha pedido a España que revise la eficiencia del gasto en Sanidad y Educación para que contribuya a la reducción del déficit público y de la deuda, así como una subida de los tipos reducidos del IVA, de los impuestos especiales y el gravamen a los carburantes. En definitiva, pide más mano dura con más recortes en el Estado del Bienestar y más subida de impuestos porque la economía española es "muy vulnerable" a las turbulencias internacionales.

Endurecer la reforma laboral

Respecto al mercado laboral, el FMI insta a profundizar en la reforma laboral ya que señala que, aunque ha favorecido la creación de empleo, apenas ha tenido efecto en los desempleados de larga duración y en los jóvenes. Asimismo, advierte que los contratos temporales son demasiado numerosos y por ello pide al Gobierno español a fomentar los contratos indefinidos de manera ofreciendo mayor seguridad jurídica a las empresas en materia de despido y flexibilizando las condiciones de trabajo.

“Los contratos temporales siguen constituyendo la mayor parte de los nuevos puestos de trabajo, con la dualidad del mercado de trabajo agravando la volatilidad del empleo e inhibiendo la inversión en capital humano y la productividad de los trabajadores”, señala el FMI en el documento en el que recoge su análisis anual de la economía española.

 Pequeñas empresas y poco productivas

El FMI también hace notar que la mayoría de las empresas del país son pequeñas, que “tienden a ser menos productivas, innovadoras y más orientadas a la exportación que sus socios europeos”. En este punto, la organización que preside Christine Lagarde explica que, aunque las últimas reformas laborales ayudaron a mejorar la competitividad de las empresas, lo que elevará la productividad en los próximos cinco años, sería necesario mejorarla todavía más con nuevos ajustes.

Entre ellos, el Fondo cita el adelanto de la aplicación de la Ley de Unidad de Mercado y promover la liberalización de los servicios profesionales. También el apoyo a la innovación a través del aumento de la inversión privada en I+D, que aún sigue siendo baja respecto a los países europeos, y mejorar la eficiencia del gasto público en este sector.