El periodista Ernesto Sáenz de Buruaga ha renunciado a la demanda que había interpuesto contra el presidente del Comité de Empresa de Telemadrid, Luis Lombardo, quien denunció en el Parlamento regional el despilfarro en la cadena pública, con contratos millonarios a productoras externas.

Sáenz de Buruaga basaba su demanda en informaciones supuestamente publicadas en varios medios, en las que, según el periodista, se le atribuía la propiedad de la productora New Atlantis. En la intervención del presidente del Comité de Empresa de Telemadrid, Luis Lombardo, en febrero pasado, ante la Comisión de Endeudamiento de la Asamblea de Madrid, éste no dijo que Buruaga fuera propietario de la productora, sino que trabajaba en ella, según ha aclarado Lombardo en declaraciones a ELPLURALCOM.

Buruaga reconoce la veracidad de la denuncia
Ernesto Sáenz de Buruaga, en su escrito presentado en los juzgados de Majadahonda, dice que “procede a renunciar a la acción interpuesta contra el señor Lombardo, al objeto de restituir su honorabilidad y dignidad, así como a constatar el rigor de las declaraciones del demandado ante la Asamblea de Madrid”.

Con su renuncia, Buruaga, que reclamaba a Luis Lombardo una compensación de 100.000 euros, admite, al no negarlo, que lo denunciado por el presidente del Comité de Empresa sobre el despilfarro es verdad.

 8,6 millones de euros a News Atlantis
Según denunció Lombardo, Telemadrid ha pagó desde 2004, bajo el mandato de Esperanza Aguirre en la Comunidad, más de 16 millones de euros en externalizaciones. En particular, New Atlantis, empresa a través de la que llegó Ernesto Sáenz de Buruaga a Telemadrid, facturó alrededor de 8,6 millones de euros.  Por cada programa de Madrid Opina, la empresa cobró unos 45.000 euros; en total, casi un millón de euros.

Cuando la cadena pública empezó a producir el mismo programa, en 2010, el coste disminuyó hasta los 13.000 euros.

Luis Lombardo ha aclarado, en declaraciones a ELPLURAL.COM, que con su denuncia no pretendió “poner en cuestión la profesionalidad de ningún periodista, sino sólo denunciar el modo desastroso de gestionar los recursos públicos, mientras se despedía a cientos de trabajadores” y que su objetivo no fue poner la lupa sobre un periodista u otro. “Si no cité más casos fue por falta de tiempo, durante mi intervención”. Para Lombardo, la renuncia de la demanda “pone de manifiesto que dijimos toda la verdad, que fue una intervención rigurosa”.