El líder de Podemos, Pablo Iglesias, y su número dos, Íñigo Errejón, dedicaron buena parte del día de ayer a apagar el fuego que ellos mismos prendieron con su cruce de declaraciones en Twitter. Iglesias le reprochó al portavoz que matizara su discurso, y tras algún que otro cuchillo volador, ambos quisieron zanjar el tema escudándose en el "discutimos en serio y lo hacemos porque somos compañeros", tal y como mencionó Errejón. Pero claro, esto fue por la mañana, durante la tarde, cambió el tercio.

El portavoz de Podemos, durante el acto de inauguración de la denominada Universidad de Podemos, retomó el mismo discurso y la misma idea que defendió a ultranza en las redes sociales y afirmó que deben “disolver miedos que los adversarios han arrojado contra nosotros". Y es que, este es el punto conflictivo: Iglesias aboga por endurecer el discurso y dar miedo a los “adversarios” y Errejón por ser algo más dulce para seducir a una mayor base social.

En opinión del número dos morado, se puede ser o "fuerza hegemónica" o una "fuerza de resistencia": la segunda "se opone, protesta, es auténtica", mientras que la primera, que se corresponde con el sentimiento errejonista, es la que tiene posibilidades de ganar las elecciones al PP. Porque con el discurso del miedo "el problema no es que los golfos nos tengan miedo, sino que lo tenga nuestra vecina".

Íñigo Errejón no ceja en su intento y continúa defendiendo su idea, la que quiere para Podemos, y asegura que, en este contexto, todas las decisiones deben tomarse para ganar: “Sigo convencido de que podemos ganar, gobernar. Es una luz bajo la cual tenemos que pensar todas las decisiones"