Estando en funciones, el ministro que más tajo tiene en este momento es el de Educación. Esta semana se reúne con los principales representantes del sector en busca de un difícil consenso sobre si aplicar o no, y cómo, las polémicas reválidas, que añaden medidas selectivas extra para los alumnos al final de la ESO y del Bachillerato. Con el curso escolar ya en marcha es algo que debería estar muy claro para que los profesores pudieran enfocar las materias hacia la superación de esas pruebas. Pero no es así. Ni ellos saben nada y ni siquiera el propio Íñigo Méndez de Vigo, heredero de la patata más caliente que dejó el ministro Wert, la LOMCE, tiene claro hacia dónde va.

Quizá si se fijara en lo que ocurre en Finlandia, que tiene uno de los mejores sistemas educativos del mundo, tendría alguna referencia. El país nórdico ha estado en los primeros puestos del Informe PISA desde que empezó a realizarse en el año 2000. Estas son las principales diferencias con España en materia de educación: