Algo ha cambiado en Ciudadanos. En concreto, la definición de corrupción. Ellos mismos han bajado el listón y han matizado la condición número uno de su propio Pacto Anticorrupción. Ahora, solo es corrupción si existen indicios de “enriquecimiento personal” o "financiación ilegal”. Y claro, según esta nueva acepción, casos que desde Ciudadanos han denunciado, criticado e incluso han pedido las cabezas de los salpicados, no serían corrupción.

Desde su nacimiento, Ciudadanos, con Albert Rivera al frente, ha arremetido duramente contra personajes investigados por casos de corrupción a los que no se les imputaban delitos ni por "enriquecimiento personal" ni por "financiación ilegal". En ese momento todos ellos eran escandalosos, ahora parece que no tanto.

El caso de Chaves y Griñán

Tras las elecciones autonómicas de Andalucía, Ciudadanos subeditó su apoyo a Susana Díaz a que tanto Manuel Chaves como José Antonio Griñán fueran apartados del PSOE. El líder de Ciudadanos espetó: "Si no echa Susana Díaz a Griñán y a Chaves de sus escaños no cogeremos ni el teléfono", y añadió que "si Susana Díaz empieza a cumplir el pacto contra la corrupción que exige Ciudadanos, nos sentaremos a hablar".

En el mismo vídeo, se puede observar como Rivera se jactaba de que ellos, a diferencia de PP y PSOE, si hacían lo que prometían en campaña. Todo un retrato digno de admirar.

A Chaves y a Griñán se les imputan delitos de prevaricación administrativa por el caso de los ERE (en el caso de Griñán también malversación de caudales públicos), por lo que no serían corruptos según la nueva acepción. Eso sí, en su momento Rivera sacaba pecho.

Salvador Victoria y Lucía Figar

Los dos exconsejeros del gobierno regional de Madrid dimitieron de sus cargos para facilitar un pacto entre el PP y Ciudadanos de cara a la Comunidad de Madrid. Pero, si la actual negociación se hubiera dado el pasado 4 de junio de 2015 -cuando dimitieron Figar y Victoria- ninguno de los dos tendría por qué echarse a un lado ya que se les atribuye contratación irregular en el marco del caso Púnica, pero no “enriquecimiento personal” ni “financiación ilegal”.

El diputado regional electo de Ciudadanos Pedro Núñez-Morgades afirmó en junio de 2015 que si no se hubiera tomado esa decisión, la de dimitir, no se hubieran podido sentar a negociar porque su objetivo es "mejorar la solidez y la dignidad de la clase política" y ante la corrupción, "tolerancia cero".

Jaume Matas y Jordi Pujol

El primer proceso abierto al expresidente de Baleares y exministro de Aznar, Jaume Matas, y por el cual fue condenado en julio de 2013 por el Tribunal Supremo a 9 meses de prisión, no sería corrupción puesto que se trataba de tráfico de influencias, prevaricación y malversación. Asimismo, el propio Jordi Pujol se libraría porque de lo que está acusado es de blanqueo de capitales.

El propio partido, Ciudadanos, denunció a Jordi Pujol ante la Fiscalía de Barcelona porque "hay indicios de corrupción política".

También arremetió duramente contra el exPresident durante su comparecencia ante el Parlament. 

Óscar Clavell

El caso del diputado del PP por Castellón ha sido el más sonado porque es el que ha generado toda la polémica. Su nombre salió a colación en la reunión de este martes y ninguno de los dos partidos considera que lo de Clavell sea corrupción, ya se le imputan delitos de malversación y prevaricación. Cuestión de matices.

La pregunta ahora es: ¿Por qué antes esto era corrupción y ahora no?