Un domingo más hay que hablar del polifacético Fernando Sánchez Dragó, ex rojo, como él presume autodefinirse pero dejando claro que reniega de ese pasado. Y si no lo hace con nitidez y de voz, lo pone 'negro sobre blanco' en sus artículos.

En 'Vuelve el justiciero' así lo manifiesta. En esta ocasión su ira neoliberal la despeña contra Garzón. Habría que aclarar, como él mismo dice, que "tenemos dos Garzones... ¡Ya es mala pata!", para dar en primer lugar un mamporro al "junior", es decir, con el que compartió ideología en sus tiempos mozos. "Con su carita de niño que acaba de hacer la primera comunión (…) pronto lo devorará el silencio del que nunca debería haber salido".

En realidad no es un golpe en toda regla; es sólo una zancadilla propia de adolescente, la edad que parece atribuirle al Garzón de IU.

El "circo de Manolita Chen"

Los verdaderos mamporros se los dedica a "Garzón sénior". Lo hace porque este domingo a Sánchez Dragó le toca olvidar, una vez más, sus tiempos de perseguido por la dictadura (de vez en cuando presume de ellos para dar lecciones), y habla de la "última ocurrencia" de Baltasar Garzón - de la que informamos en ELPLURAL.COM- cuya "verdadera vocación es la de prestidigitador del circo de Manolita Chen que saca de su birrete palomas comunistas de la paz de los cementerios y la de pokémon de los tribunales que una y otra vez extrae de sus raídas puñetas naipes marcados". Ahí es nada.

Esa "ocurrencia" a la que se refiere el escritor es la petición que ha cursado "Garzón senior" al Supremo para que se proceda a la exhumación e identificación de las miles de personas que yacen en el Valle de los Caídos.

Espacio de Memoria

Lo que persigue es que ese mausoleo con el que los nostálgicos fascistas rinden homenaje al dictador y a sus huestes se convierta un Espacio de Memoria. A juicio del otrora comunista y ahora presentador de lujo, lo que busca es "rendir inútil e imposible homenaje" a quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura.

Se pregunta Sánchez Dragó si "¿Acaso no padeció José Antonio persecución y violencia durante la guerra civil? Hay que ser muy cínico para negar eso", y se queda tan ancho.

Sin embargo, lo mejor de todo el artículo es su argumentación para denigrar tal solicitud. La centra en "los monstruosos gastos de tamaña ceremonia de vudú" que serían "a cargo de los contribuyentes". Olvida, o no, que con los millonarios salarios que en los últimos años ha percibido de las televisiones públicas de Madrid y España, a lo mejor podría costearse una parte de esos "monstruosos gastos" o acaso esos emolumentos no los pagamos los contribuyentes.