Se reúnen todos los ingredientes para escribir el guion de telefilme: una mujer mayor, vieja gloria, que se venga de un presentador nuevo que la sustituyó; favores de viejas amistades que se movilizan; lucha de egos con la pantalla de la televisión de fondo… No falta casi nada. Pero no es ficción. Se trata de los elementos que se mezclan en la historia real de cómo se ha producido la caída de Marc Martín, subdirector de programas de deportes de TVE y el hombre que tenía que diseñar y dirigir el despliegue de la televisión pública en los Juegos de Río de Janeiro.

Como les contó ELPLURAL.COM, el pasado martes Marc Martín (que era el presentador junto a Arseni Cañada de los telediarios de fin de semana, además, como apuntamos de subdirector del área) de manera súbita presentó su dimisión. El asunto, ante el silencio del afectado, se convirtió en ‘secreto de Prado’, ya que en la dirección de TVE se negaron a comentar el asunto.

Para entenderlo todo, nosotros vamos al principio. En julio de 2014, aún con Julio Somoano de director de informativos, María Escario fue cesada como presentadora de deportes en TVE. Era la primera venganza en esta historia. Escario había realizado numerosos y públicos comentarios despectivos hacia el equipo directivo de entonces. Demasiado duros y demasiado públicos para la cintura de Somoano y su equipo que aprovecharon la llegada de la nueva temporada para retirarla de la pantalla.

Pero María Escario llevaba mucho tiempo, desde 1985, en TVE y treinta años en un lugar te da para crear contactos. Y para su suerte, un viejo amigo, al poco llegó como director un viejo amigo José Ramón Díez. Con él consiguió un hueco en pantalla, un miniespacio que se emitía en los telediarios, ‘Enfoque’, desde el que atravesar lo más cómodamente posible tanto económica como profesionalmente el desierto que se abría ante ella.

En los telediarios de fin de semana, para sustituirla, aparecieron dos periodistas jóvenes que vendieron una nueva forma de presentar los deportes. Hablamos de Marc Martín y Arseni Cañada. Proponían innovar, presentar de pie y no tras la mesa, no leer con el autocue, que se realizara su sección con steadycam para dar otra movilidad al espacio…

Ellos se aprovechaban además de un hecho circunstancial que les favorecía. Movistar se había hecho con los derechos del mundial de motos y estaba pescando masivamente en el caladero de periodistas de deportes de TVE. Para retener a la pareja Martín-Cañada, la tele pública les compró la idea.

María Escario vio el comienzo del fin de su penar con la llegada, o mejor habría que decir, el regreso del nuevo presidente, José Antonio Sánchez. Con él había coincidido y mantenido una relación más que buena con un momento foto imborrable: el de la primera instantánea de Felipe de Borbón con Letizia Ortiz con ellos dos, Sánchez y Escario, de testigos.

Escario intentó tras la llegada de Sánchez su regreso a los informativos. Pero la fórmula Martín-Cañada se mantuvo, y a cambio María Escario logró otro premio, que también había pedido: no sólo se le incluyó en el equipo de TVE para los Juegos de Río. Es más, se le dio la presentación del programa estrella que cada día se emitirá tras el telediario de la noche en prime time. Una primera imposición a Marc Martín, oficialmente responsable del diseño del dispositivo.

Pero el estallido definitivo se produjo poco después. Marc Martín solicitó que junto a Escario, a la que le imponían, se situara como pareja a Arseni Cañada. Argumentaba, parece que con lógica, que como presentador del espacio de deportes por el que apostaba la empresa él debía ser el elegido. Pero, nos dicen en TVE, María Escario movió sus relaciones y logró que su compañero sea Juan Carlos Rivero. “Es una venganza fría -nos dice un directivo de la televisión pública-, pero aún más injusta, de María contra dos periodistas inocentes tanto de su caída cuando se produjo, como de haber sido sus sustitutos”.

En cualquier caso, esta nueva negativa a las propuestas que él hacía, y bajo tras las que aparece siempre María Escario, están tras la caída del hombre que iba a dirigir la programación de los Juegos Olímpicos de Río en TVE. Quizás esta explicación sirva para justificar el misterio con el que en la dirección de TVE se habían negado a aclararnos su dimisión.