¿Es España una sociedad de cobardes? Los resultados obtenidos el pasado 26J hacen que esté completamente justificado hacerse esta pregunta. Más de ocho millones de personas han facilitado la victoria al partido que más casos de corrupción acumula en toda la democracia ¿por qué? Gracias al éxito que tiene la estrategia del miedo que con tanto desparpajo viene usando el Partido Popular desde hace años y, especialmente, en estas últimas elecciones.

Pero no penseis que somos los únicos 'cobardes' del globo terráqueo. El Brexit, Trump o la situación actual austríaca hacen pensar que el voto del miedo tiene un gran poder en todos los lugares del mundo.

"Que vienen los rojos"

Según explica Carlos Gómez Bahillo, profesor titular del Departamento de Psicología y Sociología en la Universidad de Zaragoza, para ELPLURAL.COM: "La estrategia del “miedo” ha sido un recurso muy utilizado en las confrontaciones políticas. En los últimos comicios electorales los ciudadanos han tenido que elegir entre el riesgo que supone lo novedoso, la incertidumbre, el cambio, la apuesta hacia el futuro, o la seguridad que produce la continuidad. Se ha asumido el dicho de que vale más lo malo conocido que lo bueno por conocer".

Y es que como bien dijo el pensador Edmund Burke: "El miedo es el más ignorante, el más injurioso y el más cruel de los consejeros". Y los estrategas políticos de las filas populares lo saben. Tanto es así que el "que vienen los rojos", "son boliviarianos", "cuidado con el de la coleta" y otras perlas espetadas desde el partido conservador español han enterrado por completo los buenos propósitos del resto de agrupaciones. Algo que la propia Carolina Bescansa, secretaria de Análisis de Podemos, ha reconocido. Según sus datos, más de un 51% de personas no han votado a la formación de Iglesias a consecuencia de las mentiras lanzadas sobre la financiación ilegal del partido por parte del Gobierno de Venezuela.

El miedo es el más ignorante, el más injurioso y el más cruel de los consejeros

"El Partido Popular ha jugado fuerte, y ha tenido a Podemos, el principal partido emergente, y a algunos de sus líderes como objeto de sus críticas, y les ha presentado como el caos, la incertidumbre, la ruptura con lo alcanzado, etc." explica Gómez Bahillo. "Y lo ha tenido fácil por el discurso y formas agresivas e incluso prepotentes de su líder, que contenta a unos pero desconcierta a otros que no están de acuerdo con ellas. Además el Partido Popular ha utilizado constantemente la vinculación de los dirigentes de Podemos con Venezuela, y la crisis política que dicho país está viviendo, y han presentado el triunfo de la posible coalición de la izquierdas liderada por Pablo Iglesias, a quien ha presentado como fiel servidor del presidente Maduro".

Por si con toda esta ración de miedo se quedaban cortos, los populares "han insistido entre la semejanza y sintonía entre la actual política venezolana y la propuesta de Podemos". Lo peor de todo, es que la formación de Pablo Iglesias no ha sido capaz de desmontar en su campaña la falacia argumentativa del PP.

Además, las diatribas, los reproches, el aburrido y repetido hasta el hartazgo "Pablo, votaste que no" y la falta de consenso de una izquierda visiblemente fragmentada y desgastada, "ha beneficiado al Partido Popular, que lo ha tenido fácil, y se ha presentado como el partido con un programa político claro, conocido, continuista, que ha animado a los sectores de la derecha o de centro derecha a votarles, olvidándose de los casos de corrupción y de la financiación ilegal del partido, etc. Algunos de sus votantes posiblemente podrían haber votado a Ciudadanos o incluso al Partido Socialista, pero ante la ambigüedad de ambos partidos, han preferido apoyar a los populares".

¿Actuamos siempre igual ante la incertidumbre?

Solo hay que tirar de historia para ver este patrón de comportamiento en nuestro pasado como sociedad. El miedo fue el ganador en la Alemania Nazi, en nuestra Guerra Civil y la razón de que nadie le diese en su momento una sonora patada en el trasero al tirano de Franco. 

Según explica Gómez Bahillo, "en los momentos de incertidumbre, de crisis, la ciudadanía tiende a ser conservadora. Y esto lo ha utilizado el presidente Rajoy constantemente en su discurso: “España no está para nuevas experiencias”, ha sido una frase dicha constantemente durante la campaña".

El problema de esto, es que ningún partido ha sabido luchar contra la estrategia de los populares. "Y Podemos, sin quererlo, ha generado miedo en un sector importante de ciudadanos, que muy posiblemente simpatizaron con las plataformas y mareas, y que no aceptan las políticas de ajustes del actual gobierno. Así lo han considerado importantes sectores europeos de la economía, no sólo no nos han ayudado a salir de la crisis de forma exitosa, sino que han generado pobreza, exclusión, e incluso marginación social. Los Informes de Caritas y del mismo Instituto Nacional de Estadística sobre la pobreza en España son reveladores de las consecuencias de las políticas económicas y sociales de estos últimos años".

¿Por qué pesa más el miedo que la corrupción?

El sentimiento más común ahora es la incomprensión hacia el hecho de que millones de ciudadanos hayan apostado por el miedo en lugar de eliminar a los políticos que se llenan los bolsillos con nuestro dinero de forma ilícita. Para Gómez Bahillo, "la corrupción la vemos lejana a nosotros, es como si no nos afectase directamente. Es algo que afecta a la administración, al ayuntamiento, etc. No somos conscientes de que lo que han robado a las instituciones nos lo han hecho a nosotros, a cada ciudadano, y que con lo que se han llevado podríamos haber mejorado la atención sanitaria, la educación, subida de las pensiones, mayor cobertura de desempleo, etc." 

No penséis que los que han votado al Partido Popular no son conscientes de que ocurre. El problema es que "el miedo es mayor, y eso conduce a que en comunidades autónomas donde la corrupción ha sido mayor se mantenga el apoyo, y se vote, a aquellos que han sido corruptos. El miedo y la seguridad han prevalecido ante la libertad."

Deberíamos exigir responsabilidades políticas y penales por los casos de corrupción 

Por eso, ante la ineficacia y desinterés de los poderes públicos, Gómez Bahillo considera que deberíamos exigir responsabilidades políticas y penales por los casos de corrupción, ya que en realidad "nos están quitando algo que es nuestro. En España, por lo que estamos viendo, se ha robado mucho y durante mucho tiempo, y hay personas que ya han fallecido esperando la concesión de la ayuda a la dependencia, una intervención quirúrgica, un tratamiento farmacéutico costoso, etc. y que no ha sido posible por falta de recursos públicos".

Insultar, amedrentar o mostrar la frustración por las consecuencias que tiene la decisión de estos ocho millones de personas en las redes sociales, no sirve de absolutamente nada. España es un país que necesita urgemente unir puentes entre las distintas ideologías para lograr salvar lo poco que nos queda democracia. No necesitamos enfrentarnos, sino más bien una formación capaz de transmitir que el caos no son ellos, sino el Partido Popular. ¿Voluntarios?