Las campañas electorales dan mucho juego, si bien es cierto que su repetición cansa a los electores, algo que parece que ocurre en España. Entre las muchas posibilidades que ofrecen se encuentra la de cómo 'vender' al candidato de turno.

En esto no hay unanimidad y los equipos de campaña de cada formación recurren a las técnicas más variadas para lograr su objetivo. Sin embargo, algunos partidos se saltan aquello del “puedo prometer y prometo” a las primeras de cambio, es decir, sin necesidad de llegar a la meta del, en el caso de las generales del día 26, Congreso de los Diputados. Es lo que ha ocurrido en la Comunidad Valenciana y que ha denunciado Compromís.

Esta formación ha censurado “el cinismo del PP de hacer carteles para decir que no hará carteles electorales”. Así de claro, o de enrevesado, según se mire.

En un comunicado, Compromís a través de su senador Carles Mulet califica del “género tonto” la decisión de los 'populares' de inundar las calles con carteles en los que anuncian que no los colgarán “para mantener la imagen de la ciudad y apostado por la mejora del medio ambiente”, tal y como rezan.

La medida es surrealista o, en palabras de Mulet, “cínica”, “populista” e “hipócrita”. Su conclusión es que una adopción de este calibre sólo puede tener como explicación, bien que “sin gürteles ni dopajes les cuesta más hacer campaña electoral”, bien que “tienen vergüenza de dar la cara y la de sus candidatos, que están generando rechazo entre la ciudadanía hasta el punto de que eluden participar en debates, comparecen vía plasma o evitan un territorio que han sembrado de ladrocinio y corrupción”.

La estrambótica medida el PP también la ha anunciado en redes sociales y, como era presumible, ha recibido la correspondiente respuesta por parte de los tuiteros.