El cardenal arzobispo de Valencia ha defendido el “bien precioso de la familia cristina”, ante lo que considera una “escalada contra ella de dirigentes políticos, ayudados por otros poderes como el imperio gay y ciertas ideologías de género” en España.

Además, ha definido el “feminismo radical”, como “una nueva versión de la lucha de clases y del marxismo”.

Antonio Cañizares ha hecho estas declaraciones durante una misa conmemorativa en el Pontificio Instituto Juan Pablo II de Valencia, donde también ha recordado la visita de Benedicto XVI a la ciudad en 2006 por el quinto Encuentro Mundial de las Familias, y en la que animó a todos a “no ignorar el bien precioso de la familia”, fundada sobre el matrimonio.

El arzobispo se ha referido varias veces en su intervención a España, preocupado porque el país “ocupa uno de los últimos lugares de Europa en política familiar; junto con Grecia es el país con más bajo índice de natalidad, donde la población juvenil ha decrecido más en los últimos veinte años; y donde más se ha incrementado el número de abortos, las rupturas matrimoniales y las uniones de hecho”.

Contra la ideología de género

Cañizares también se ha referido a la próxima aprobación por parte de la Comunidad Valenciana y otras regiones de lo que ha definido como “leyes que fomentan la ideología de género”, señalando que se trata de “la más insidiosa que ha habido en toda la historia de la humanidad”.

Todo esto provoca, a su juicio, que se esté socavando “el núcleo central de toda sociedad, que es la familia”, por lo que ha pedido a la Universidad Católica de Valencia que trabaje “por la familia, ya que es ahí donde está el futuro del hombre y de la humanidad”.

Ataque al PP

El arzobispo tampoco ha dejado pasar su homilía para atacar al Partido Popular, al que ha reprochado su legislación sobre el aborto y lo ha acusado de adoptar “la ideología de la oposición”.

Al contrario que su predecesor, Carlos Osoro, y el papa Francisco, el arzobispo Cañizares ha mostrado en repetidas ocasiones que no es nada prudente en sus palabras a la hora de tratar temas polémicos.

La última fue cuando habló sobre la llegada de refugiados a Europa, considerando que eran una “invasión de inmigrantes” y preguntándose si eran todos “trigo limpio”, o un “caballo de Troya” para las sociedades europeas.