Jaime González Taboada, el hombre por el que Cristina Cifuentes ha metido la mano en el fuego varias veces, su compañero con el que recorría pueblo a pueblo durante años la Comunidad de Madrid controlando y repartiendo fondos de la Comunidad, el hombre al que ha hecho número tres de su Gobierno y consejero de Administración Local, al que ha situado como su mano derecha en la gestora que ahora gobierna el PP de Madrid…, ese González Taboada firmó el informe que hizo posible la recalificación de una parcela en la localidad madrileña de Boadilla del Monte, y que tiene una oscura historia detrás.

Meses de presiones para una recalificación delictiva

Ese documento, al que ha tenido acceso ELPLURAL.COM ahora, y que González Taboada firmó como director general de Cooperación con la Administración Local, puso el punto final a lo que el propio alcalde de Boadilla, Arturo González Panero, el Albondiguilla para los capos de la Gürtel, calificó ante el juez de la Audiencia Nacional, José de la Mata, como meses de presiones para que se cometiera una recalificación delictiva.

Como en su momento contó en exclusiva este periódico, Arturo González Panero, declaró que “Jaime González Taboada me presionó durante seis meses para que sacara a concurso una parcela por valor de 19,4 millones de euros, cuanto los técnicos del Ayuntamiento de Boadilla del Monte la habían valorado en 30 millones”. Ante esta grave acusación, una de las acusaciones populares presentes en la causa por la trama Gürtel, la Asociación de Abogados Demócratas por Europa (ADADE) pidió que González Taboada fuera llamado a declarar.

"Falta de solidaridad con otros alcaldes del PP"

El juez encontró suficientemente creíbles las acusaciones del alcalde de Boadilla como para aceptar la petición y llamó al ahora Consejero de la Comunidad de Madrid en calidad de testigo. El Albondiguilla había explicado a de la Mata que Taboada pretendía que rebajara el precio de la parcela que estaba recalificando en Boadilla porque su precio, 2.000 euros por metro cuadrado, impedía la recalificación de otro terreno, en Majadahonda, que se estaba sacando al mercado a solo 1.400 euros el metro cuadrado. En resumen, que cantaría que algo raro había en Majadahonda. Presuntamente, claro, que había comisiones que se estaban escondiendo en esa venta por debajo del precio de mercado.

El alcalde de Boadilla llegó a declarar ante el juez que González Taboada le acusó de “falta de solidaridad y poco compañerismo con otros alcaldes del Partido Popular”. El enfrentamiento y las presiones fueron presuntamente tan fuertes, como para provocar, según González Panero, el Albondiguilla, que se rompiera su amistad con Francisco Correa, el capo Gürtel.

"No obstante la Superioridad acordará"

En su declaración ante el juez, González Taboada adoptó el mismo tono funcionarial que en el documento que ahora incorporamos y que acaba con la frase exculpatoria tan arcaica como supuestamente exculpatoria: “no obstante la Superioridad acordará”.

Puestos en contacto con la Comunidad de Madrid, se nos ha remitido al informe de prensa que en su momento presentaron en el que, básicamente, se subrayaba el hecho de que González Taboada había acudido como testigo, y no como imputado, en que el expediente sobre el precio del suelo había sido impecable (recordamos que González Taboada supuestamente, y según el alcalde, lo que pretendía era que Boadilla rebajara el precio del suelo recalificado, a lo que se negó este Ayuntamiento), y en, lógicamente, negar la existencia de las presiones que denunciaba el alcalde.

El caso no está cerrado y recuerda al pelotazo de Arganda

Lo cierto es que el juez de la Mata, lejos de cerrar el caso tras la comparecencia de Taboada, pidió el expediente completo de la operación a la Comunidad de Madrid, y llamó a declarar al funcionario que la propia Comunidad de Madrid ha identificado como responsable del área y autor de la valoración de los terrenos.

Curiosamente, las acusaciones de González Panero, el Albondiguilla, coinciden casi como dos gotas de agua con los hechos que se investigan en el gran superpelotazo de la historia de la Gürtel, el de la recalificación de la parcela 124 de Arganda, en el que, hay que decir supuestamente, se vendió un terreno por debajo de su precio, con lo que se generaron casi 30 millones de euros de plusvalías repartidos entre altos cargos del PP de Madrid y entre los cabecillas de la Gürtel, que después, con parte de ese dinero, financiaban actos del PP.