La familia de la jurista Soledad Cazorla, una luchadora infatigable contra la violencia de género, fallecida el año pasado, ha creado un fondo de becas de ayuda a los hijos de las mujeres asesinadas por maltratadores.

El objetivo de estas ayudas es “sufragar gastos relacionados con estudios universitarios” y en el caso de niños menores de edad, “actividades de refuerzo educativo y apoyo psicológico”. Precisamente, una parte importante del trabajo de Soledad Cazorla, que como Fiscal de Sala pasó una década al frente de los fiscales especializados, estaba dirigido a proteger a los huérfanos de la violencia de género. Su familia ha recogido ese legado y dona fondos para ese fin.

Este viernes serán presentadas las becas en la sede la Fiscalía del Estado, en un acto en el que intervendrá Joaquín Tagar, viudo de Soledad Cazorla, y la propia fiscal general del Estado, Consuelo Madrigal.

El Fondo, apoyado institucionalmente por la Fiscalía y la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género, empezará a andar con una aportación de la familia de Soledad Cazorla que asciende a 125.000 euros y que se aportará a lo largo de cinco años. Los creadores de este fondo confían en que se puedan sumar nuevos donantes para “sostenerlo a largo plazo”.

La Fundación Mujeres, especializada en programas sociales a favor de la igualdad y la erradicación de la violencia machista, coordinará la gestión del Fondo y pondrá a disposición de esta iniciativa la constitución del comité de selección -formado por familiares de Cazorla, el patronato de la propia Fundación y expertos en violencia de género- y una página web para la solicitud y concesión de las ayudas.