En un sector como el automovilístico, donde las inversiones nunca están del todo aseguradas y dependen de múltiples factores casi todos externos, el escándalo de Volkswagen ha puesto en alerta a los sindicatos de SEAT, que también se ha visto afectada por el engaño de las emisiones de los motores. El principal temor afecta a los puestos de trabajo en la fábrica de Martorell, que contaba con el compromiso de una inversión de 3.300 millones de euros que ahora puede estar en entredicho, así como la continuidad de los empleos.

En conversación con este diario, el secretario general de UGT en SEAT, Matías Carnero, ha asegurado que por el momento les atenazan varias  preocupaciones. Aunque la primera de ellas es la decisión que el nuevo presidente de Volkswagen, tras la dimisión de Martin Winterkorn que, eso sí, se llevará una pensión de 28,6 millones, pueda tomar respecto a la inversión prometida de 3.300 millones y que ahora "corre peligro".

También ha mostrado su preocupación por la falta de información que en los primeros momentos se está viviendo en SEAT, aunque reconocen que en principio la empresa "no tiene responsabilidad", dado que "nosotros no fabricamos y todos los motores vienen de Alemania". Pero sí le exigen a SEAT que "haga un esfuerzo y diga cuántos motores están afectados".

Respecto a la cifra de vehículos que podrían estar circulando por España, no se atreven a dar una cifra absoluta, pero reconocen que el 80% de los coches ensamblados se exportan, por lo que podría haber un importante número de ello en territorio nacional.

Más allá del riesgo que corre la inversión en la fábrica de Martorell, el líder de UGT reconoce que este problema, "que es responsabilidad de la cúpula directiva", puede provocar "daños irreparables" en la imagen de la marca. Algo que podría traducirse en "una desconfianza del cliente, que puede optar por otras marcas" con la consecuente "pérdida de empleos".

Desde UGT también apuntan al Ministerio de Industria como un posible "responsable penal" por no haber detectado este problema antes. "Mientras Merkel pedía investigaciones, aquí el ministro todavía estaba mirando al infinito", señala Carnero.

Desde CCOO, Ricardo Juan también señala que "no tenemos información concreta", lo que les provoca "preocupación", pero igualmente insiste en señalar que el problema es "de la dirección de Volkswagen", lo que prueba que "curiosamente estos problemas no surgen en los países del sur de Europa, sino que también ocurren en el norte".

Juan también ha subrayado el "trabajo de calidad que realizan los empleados de SEAT" y que "los motores no solo no los fabrica SEAT, sino que se los tiene que comprar a Volkswagen, y además por encima del precio de mercado". Y no se atreve a cuantificar el alcance del problema y prefiere "esperar a los datos que dé la compañía, hay que ser prudentes".

Sin embargo, el dirigente de CCOO también señala que "habrá que investigar y depurar responsabilidades en el Ministerio de Industria", habida cuenta de que era su obligación controlar las emisiones y su actitud puede haber dañado el "prestigio de la marca".