El 3 de marzo de 1976 es una de las trágicas fechas de la historia de España, en el convulso panorama social tras la muerte de Franco, en las que fueron asesinados impunemente trabajadores o manifestantes. Aquel día en concreto durante la represión por parte de la Policía de una huelga en Vitoria fueron asesinados cinco obreros y heridos más de cien. A los obreros se les desalojó con gases de una iglesia en la que celebraban una asamblea y fueron disparados a continuación. Se trata de un capítulo además no cerrado porque hay ciudadanos empeñados en que se haga justicia y el que entonces era ministro de Relaciones Sindicales de la dictadura, Rodolfo Martín Villa, es uno de los denunciados en la querella argentina que investiga la juez Servini. Otro de los denunciados por esos hechos y otros crímenes del franquismo es Utrera Molina, el suegro de Alberto Ruiz-Gallardón, que entonces era secretario general del Movimiento. El ministro de Gobernación durante la masacre era el fundador de AP, Manuel Fraga.

"Terroristas" según un periodista de 13TV
Quizá el hecho de que todavía se busque justicia por aquellos asesinados es lo que lleva a algunos torpes intentos de manipular los hechos. Es lo que hizo en El Cascabel de 13TV el pasado 3 de marzo el periodista Carlos Cuesta cuando al hablar de incidentes registrados en el aniversario de la matanza presentó a los asesinados como "terroristas que tenían la intención de matar a otra gente". "¿Sólo van a protestar por los cinco terroristas que murieron de ellos?". Carlos Carnicero, presente en la tertulia, le recordó que eran "obreros" y no terroristas y que "nunca se hizo una investigación exhaustiva" sobre los asesinatos. El vídeo de la manipulación de Cuesta ha alcanzado gran difusión a través de la plataforma Menéame.



Mentiras que irán a la Fiscalía
La asociación Martxoak 3 Elkartea, que defiende la memoria y la justicia para los asesinados, ha anunciado que pondrá en conocimiento de la Fiscalía y de la delegación de Gobierno de Álava las declaraciones de Cuesta para que actúen de oficio y que de no ser cursarán ellos la denuncia adecuada en los juzgados. El diario Deia recoge esta intención así como la indignación de la asociación: "Esta ignominia, a nuestro entender es constitutiva de un grave delito por injurias y calumnias, además del desprecio y ataque al recuerdo y el honor de los trabajadores asesinados y en consecuencia a los valores, derechos y libertades por los que luchaban. No vamos a permitir estas no lo vamos a permitir estas difamaciones e insultos, que no quedarán sin respuesta".