Pablo Iglesias, escoltado por agentes de paisano a su llegada a Barajas.



16:20 de la tarde. La mayoría de los eurodiputados españoles llegan a Barajas procedentes de Estrasburgo donde, entre otras medidas, este jueves han acordado condenar “rotundamente” la persecución política en Venezuela con el voto en contra de los europarlamentarios de Podemos. Terminan así el curso político, que no se reanudará hasta pasadas las vacaciones de Navidad. Desembarcan en la Terminal 4 de Barajas, donde cientos de ciudadanos esperan la llegada de sus familiares y amigos. En medio de la sorpresa de muchos, los eurodiputados hacen su salida junto al resto de los ciudadanos. Han viajado en un vuelo de Iberia, en clase turista y sin contar con los privilegios de los que disponían en el pasado.

Exministros, exportavoces y Pablo Iglesias
El primero en abandonar la terminal es Juan Fernando López Aguilar, el exministro del PSOE. Lo hace a toda prisa. Minutos después aparecen en la puerta de llegadas otros destacados dirigentes políticos, como el ex ministro Ramón Jaúregui o Luis de Grandes, ex portavoz del PP en el Congreso de los Diputados. Pablo Iglesias, el líder de Podemos, es uno de los últimos en aparecer. Lo hace al lado de una compañera de partido y de dos guardias civiles que, de paisano, velan por la seguridad del que, según algunas encuestas, podría incluso convertirse en el próximo presidente del Gobierno.

El eurodiputado escoltado
Los ciudadanos que esperan a sus familiares en el aeropuerto contemplan divertidos la escena. Alguno de ellos incluso se atreve a gritar “¡Podemos!”, aunque la mayoría opta por el silencio. Fiel a su estilo, Pablo Iglesias viste camisa y vaqueros. Porta una pequeña maleta roja. Su atuendo es muy similar al de hace un año, cuando Podemos todavía no se había fundado y al margen de sus esporádicas apariciones en algunas tertulias de televisión, Iglesias tan sólo era reconocido en el ámbito universitario. Desde luego, su situación ha cambiado mucho desde entonces: para empezar, es el único eurodiputado que es escoltado a su llegada a Barajas.

La seguridad de Iglesias
Una situación totalmente lógica -es uno de los dirigentes más conocidos del panorama político español-, pero que desde algunos medios se le ha criticado a Iglesias, apoyándose en el discurso de “regeneración total” transmitido por Podemos -apoyando la renuncia de los políticos a cualquier tipo de privilegio y elemento diferenciador con el resto de la ciudadanía-. Un error de quienes le critican, porque la seguridad debe ser prioritaria. El secretario general de Podemos ha parecido entenderlo.

No lleva bien que le reconozcan
A raíz del crecimiento de su fama, Iglesias es escoltado en el aeropuerto pero también cuando participa en determinados actos públicos. Una medida que fue adoptada el pasado mes de octubre por el Ministerio del Interior en connivencia con la cúpula de Podemos. Sin profundizar en el tema, Iglesias sí que ha llegado a reconocer en alguna entrevista que aunque generalmente “la gente es encantadora”, no lleva nada bien “ir por la calle, que te reconozcan y no poder tomarme una cerveza tranquilamente”.

Cordialidad con los agentes
Según desveló ELPLURAL.COM, el servicio que recibe Pablo Iglesias no lo realiza un sólo policía, ni es siempre el mismo, al contrario de lo que sucede con otros líderes de fuerzas políticas, que sí tienen asignados a unos funcionarios policiales concretos. Aún así, aseguran que la relación entre Pablo Iglesias y su entorno con los funcionarios, cuando estos actúan, se está desarrollando de una manera muy cordial… No sin ironía, una fuente policial asegura a este periódico que no hay nada de distanciamiento a pesar de las críticas que desde el grupo realizan sobre el control de actos públicos y manifestaciones en los que Podemos y sus seguidores habían estado muy presentes hasta hace poco tiempo. 

Más agentes y un coche esperando a Iglesias
Tan cordial es la relación que este jueves, uno de los agentes de seguridad que le escolta preguntaba a Pablo Iglesias al recogerle 'qué tal había pasado la semana'. En lo que dura el trayecto desde la sala de llegadas a otra planta del aeropuerto donde esperaban más agentes de seguridad, el líder de Podemos resumía el trajín que había tenido a lo largo de la semana. Reconocía sentirse algo cansado. Tras la confesión, los agentes acompañaron a Iglesias a otra parte poco transitada del aeropuerto. Allí le esperaba un vehículo oficial, con otro de escolta, al que -ya sin las miradas de los ciudadanos-, entró en medio de la vigilancia de los miembros del Ministerio del Interior que le escoltaban.