El presidente de la patronal madrileña (CEIM) y vicepresidente de la CEOE, Arturo Fernández, que en un solo año se embolsó 154.000 euros de Caja Madrid, según el Banco de España, está enfadado y “dolido” porque lo de las tarjetas black es un embolado en el que le metieron sin que él supiera o imaginara que se ocultaban a Hacienda. Claro que, reconoce, “podríamos haber preguntado”.

Devolverá 37.000 euros
Arturo Fernández ha reiterado, en declaraciones a RNE, que devolverá los 37.000 euros que, según ha dicho, gastó con la tarjeta black de Caja Madrid en su etapa de consejero; lo hará mediante una transferencia a Bankia o a la Fundación Caja Madrid.

Nadie le avisó
Según el presidente de los empresarios madrileños, nadie le avisó de que la tarjeta que le entregó la entidad en su día era "opaca e ilegal" y ha asegurado que comprobará con sus abogados si estos 37.000 euros están declarados en Hacienda "debidamente". "Cuando llegamos a Caja Madrid, nadie dijo que esto era una tarjeta opaca. De ser así, nadie la hubiera cogido”, ha justificado Arturo Fernández su actuación.

"Debían habernos dado explicaciones"
“Lo lamentable es que esta situación ocurra con consejeros y con una entidad como Caja Madrid. Debían habernos dado explicaciones", ha añadido el empresario, que ha admitido, sin embargo, que "podríamos haber preguntado”.

No dimitirá
Fernández ha dicho que está “dolido” y ha exigido saber “exactamente en qué circunstancias nos dieron esta tarjeta. Somos gente que manejamos dinero público". El presidente de CEIM, que ha asegurado que utilizó la tarjeta para gastos de restaurantes y gasolina, no cree que el hecho de ser uno de uno los consejeros que utilizó las tarjetas opacas para Hacienda sea un motivo para dimitir de su cargo, ya que, según apunta, va a devolver el dinero y no estaba en el órgano de control de Caja Madrid.  Tampoco hizo ni siquiera amago de dimitir  tras el escándalo sobre los pagos en negro a  trabajadores en su grupo de empresas.