Cuesta creer que la portada de La Razón, este martes, corresponde a La Razón. El diario oficialista por excelencia es el más duro contra el Gobierno y Rajoy por su retirada de la reforma de la ley del aborto. El diario de Francisco Marhuenda, y él mismo en su columna, acusa al presidente de falta de "coherencia", de "oportunismo político", de imponer un cálculo electoralista al "ideario" ideológico. También ABC, aunque con una cabecera más informativa, lanza sus reproches al PP y le advierte de "lo dudoso" de conseguir un saldo favorable en las urnas con su jugada. El Mundo -¡cómo se nota que sin Pedro J. Ramírez!- se limita a aplaudir lo que considera “una dimisión acertada”, aunque “tomada en el peor momento político posible”, dado el “desafío político y jurídico lanzado desde la Generalitat”. Ni un solo reproche a Rajoy por saltarse su programa electoral y traicionar los idearios de su partido y a sus votantes, entre ellos los provida que supo usar bien a su provecho en la oposición. Tibio también es el editorial de El País que se limita a decir que Rajoy “ha dejado caer a Gallardón” y que es el “precio que ha tenido que pagar por esta rectificación”.

La Razón, el más crítico
El diario de Marhuenda recuerda al Gobierno que la “reforma de la vigente ley del aborto no era sólo uno de los compromisos electorales del Partido Popular, sino que entroncaba de manera directa con su ideario”, una gran verdad porque, definitivamente, estE no era el proyecto de Gallardón, sino el de Mariano Rajoy; el ministro sólo ha sido la cabeza de turco.



El socio del Vaticano le recuerda su compromiso electoral
La Razón
, socio empresarial del Vaticano (cabe recordar el acuerdo por el que el diario distribuye en España ‘L’Osservatore Romano’), le recuerda a Rajoy que incluyó la derogación de la ley del aborto de Zapatero en su programa electoral, y le reprocha su falta de “coherencia” al dejarse “influir por cálculos electorales que ven peligrar su reelección en las próximas convocatorias municipales y autonómicas”. El diario advierte del coste electoral que tendrá la decisión, porque provocará el “desconcierto del electorado y el retraimiento de sus votantes”.

Marhuenda reprocha a Rajoy su "oportunismo electoral"
En un artículo firmado por Marhuenda, este zanja, a quemarropa, que “al final ha triunfado el oportunismo electoral” y recuerda que el texto de la reforma “recogía lo que siempre ha defendido el Partido Popular”: hay muchos años “en los que los populares presentaron recursos en el Tribunal Constitucional, realizaron discursos y declaraciones defendiendo el derecho a la vida y una regulación razonable del aborto. Es el triunfo del relativismo moral y la indiferencia ante los principios y valores que tienen que conformar el servicio público y la actividad política”, afirma el escudero fiel de Rajoy.

¿Por qué no buscó el consenso en otros asuntos?
Marhuenda cuestiona, incluso, el argumento de Rajoy de que lo hace por falta de consenso. “Cabe preguntarse por qué no se hizo lo mismo con tantas medidas adoptadas por este Gobierno que han generado un enorme rechazo social. Nadie esgrimió este criterio insólito cuando se aprobaba un real decreto ley tras otro”, dice el periodista.Cabe aquí también preguntarse, Sr. Marhuenda, ¿por qué calló usted entonces ante cada una de ellas e incluso no paró de justificarlas?




ABC
, con una portada más informativa en la que anuncia la dimisión de Gallardón y el nombramiento de Rafael Catalá, afirma en su editorial que “el Gobierno incumple su promesa y ofrece un flanco débil que sus adversarios se atribuyen como una victoria”. Avanza, citando a fuentes populares, que ahora “el PP se debate entre el alivio por la retirada y la preocupación electoral”.

Lo dudoso de un buen resultado
Para el decano de la derecha mediática, “desde el punto de vista político, el PP se ha equivocado en el enfoque de la reforma” y subraya que se ha dejado en el camino un “compromiso claro y manifiesto en el programa electoral” y esas promesas deben ser cumplidas”. Además, advierte de que “es muy dudoso que la operación del cálculo electoral que han promovido determinados sectores del PP” ofrezca un saldo favorable porque “millones de ciudadanos se sienten decepcionados ante la falta de coherencia ideológica”.

David Gistau cree que el PP se creó un problema que no tenía
En la misma línea, en su columna Luis Ventoso dice al Gobierno que “es dudoso que logre el beneficio electoral que espera”. David Gistau va más allá y añade que “después de crearse un problema político que no tenía, el PP tuvo que escoger a qué porción de su electorado agraviaba” y “eligió enfadar a los próvida” con la esperanza de que se les pase el cabreo y les vuelan a votar.

Ignacio Camacho usa los cálculos de Arriola
Ignacio Camacho se detiene a justificar con datos de la factoría Arriola el “puro cálculo” del PP. “La retirada de la ley le va a costar al PP un pico de votos, quizá alrededor de un cuarto de millón, pero llevarla adelante le podría costar muchos más, del millón para arriba”. Y añade: “los dirigentes del PP respiran; cuando las urnas entran en escena los principios salen de ella por el foro”.

El raro efecto de poner de acuerdo a Cospedal y Soraya
El columnista de ABC resalta que “la reforma consiguió el raro efecto de poner de acuerdo -en su contra- a Dolores de Cospedal y la vicepresidenta Sáenz de Santamaría”.



¿Por qué Rajoy dejó hacer a su ministro?
Por otra parte, se pregunta “por qué Rajoy dejó hacer a su ministro, por qué le permitió avanzar hasta un punto en que la marcha atrás supone un revolcón, un aparatoso desaire. Misterios del marianismo. Gallardón nunca gozó de la simpatía conservadora. Tampoco en el Gabinete levantaba pasiones. Su salida no provocará una sola lágrima. No es nada personal, solo negocios… de la política. O sí, quién sabe”.

Lo que se recurre y no se legisla
Por su parte, Ramón Pérez-Maura pregunta al presidente “por qué se lanzó con un recurso a la ley de Zapatero y “no actúa ahora en consencuencia”, Esto, puntualiza, “pone en entredicho su manera de hacer política”: “los recursos que presenta ante el Tribunal Constitucional no es capaz de traducirlos en leyes cuando llega al poder con mayoría absoluta”.

El Mundo: en el peor momento 
El Mundo dice en un tibio editorial que “Gallardón se va de la política al ser desautorizado en público por Rajoy” y subraya que con su anuncio el presidente “forzó al ministro a comunicar su marcha, en lugar de hacerlo en el Congreso como quería”. El periódico considera que “la crisis se produce en pleno reto de Mas contra la legalidad institucional”. “Una dimisión acertada, pero tomada en el peor momento político posible”, se subraya en el editorial.

Gallardón se creía el número uno y era un número más
El Mundo avisa que la retirada de la reforma del aborto es “una jugada estratégica en la que el partido en el Gobierno tiene poco que ganar” y que se “ha provocado una fractura interna con una ley que no era necesaria”, por “la elección del momento y las formas para renunciar a ella”. Interesante la reflexión de Lucía Méndez, que escribe que “Gallardón equivocó, tras su nombramiento al frente Justicia” porque “creyó que sería el número uno , y no un número más en las manos del presidente que nombra y destituye a sus ministros”.



El País, en su línea
El País
, también con un editorial condescendiente afirma que es “una acertada rectificación” y que “sacrificar al ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, es el precio que ha tenido que pagar por esta rectificación”.

El otro asunto pendiente: la reforma de la Justicia
El diario de PRISA recuerda al Gobierno que el aborto no es el único asunto polémico que estaba en manos de Gallardón.”Otros proyectos permanecen tan atascados como el del aborto. El principal es el del Poder Judicial, que le ha enfrentado a jueces y fiscales; desde el ministerio se cambió en varias ocasiones el redactado del borrador de ley y se tomaron iniciativas tan precipitadas como anunciar la supresión del fuero para miles de magistrados y fiscales —sin olvidar el impacto social de las tasas que encarecen el acceso a la justicia civil—.”

“Este episodio encierra otra rectificación política. Justificar la retirada de un proyecto de ley “por falta de consenso”, que es el argumento alegado por Rajoy, representa un cambio en la forma de gobernar por parte de un presidente que ha ejercido hasta hoy la mayoría absoluta en el Parlamento sin complejos”, añade El País.