Los Mossos d'Esquadra ya han detenido al supuesto agresor del chico de origen oriental que viajaba el pasado sábado en la línea 1 del metro de Barcelona. Un ataque racista que fue difundido por un vídeo grabado por un amigo del agresor, y posteriormente colgado en Youtube. El detenido, menor de edad, es de nacionalidad rusa según la policía catalana.

Por su parte, la víctima, un emigrante de origen mongol, que vive en Santa Coloma de Gramenet, tardó 24 horas después en presentar la denuncia por la agresión, que tuvo lugar en el trayecto que iba hacia la estación de Fabra i Puig.

La escena que ha acabado con esta detención no es, por desgracia, inhabitual. En casi todas ellas se ve cómo en un medio de transporte un joven blanco, más o menos musculoso, se acerca a un emigrante, sea de origen oriental o africano y le ataca.

En este caso se vómo el ahora detenido se acercó al agredido, que iba sentado, para comenzar a increparle. No se escucha lo que se dice, pero parece claro que lo que le molesta es su simple presencia. El rasgo típico de un racista acobardado por la presencia de alguien diferente.

Con sus propios gritos, el individuo racista va irritándose y en un momento determinado, incapaz de contenerse, comienza a descargar puñetazos sobre el joven, que le mira desde su asiento. Los hechos suceden en la L-1 del metro de Barcelona.



Afortunadamente, esta vez, al contrario de lo que ha sucedido tantas otras veces, el resto de los viajeros no se quedan paralizados, asustados, mirando..., e intervienen para separar al matón y su víctima.Aún así, el matón racista acaba logrando expulsarle de una patada del vagón.

Mientras se producía la agresión, otra persona, uno de los jóvenes que acompañaban al racista violento, grabó todo y lo colgó en Youtube. Aunque no se dan datos y la cara del joven atacante aparece pixelada, los mossos de escuadra recibieron suficiente información como para localizarle y, como decimos, detenerle.