"Dónde está la novedad: claro que se puede explicar ETA desde la política. Y desde la psiquiatría, la sociología, la historia, la literatura o el cine", escribe Millás, que deja bien claro que "explicar un fenómeno no implica justificarlo".
Explicar y compartir
"Eso es lo que se ha intentado en general desde los medios: insinuar que Pablo Iglesias, a quien no tengo el gusto, estaba de acuerdo con el currículo sangriento de la banda", comenta el escritor, que añade, "un psicólogo me explicó un día los crímenes de El Arropiero y ni siquiera tuvo que aclarar que no los compartía".
Las actitudes de los gobiernos
Además, Millás recuerda que "el Gobierno de Felipe González, además de negociar con la banda, la combatió a base de terrorismo de Estado" y que el de Aznar se sentó con ellos, les prometió que "no pretendían derrotarlos" y les "halagó refiriéndose a ellos como un movimiento de liberación nacional". Y Zapatero, además de negociar, "cayó en la ingenuidad narcisista de creerlos acabados. A las 24 horas de asegurar que la cosa iba bien, le colocaron una bomba en la T-4".
Un cuento relatado por un idiota
La relevancia que se ha dado, pues, a la frase de Pablo Iglesias, además de constituir un modo de manipulación notable, impidió que nos enteráramos de qué habló realmente", subraya Millás, que concluye "la vida, hoy más que nunca, parece un cuento relatado por un idiota, lleno de ruido y furia".
