La consejera de Empleo y Turismo, Ana Isabel Mariño, en uno de los búnkers de la Guerra Civil rehabilitados, en Colmenar del Arroyo. MADRID.ORG

 

 


62.000 euros ha invertido la Consejería de Cultura de la Comunidad de Madrid en una primera fase para recuperar y rehabilitar antiguos fortines de la Guerra Civil y organizar una ruta histórica. Lo han hecho en la sierra de Guadarrama, en el Valle Bajo de Lozoya, donde aún se conservan 25 construcciones militares. La intención, explican en nota oficial, es “poner en valor este patrimonio arqueológico, que forma parte de la historia de España”. Para Emilio Silva, que presiden la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, “la iniciativa está bien, pero veremos cómo transmiten lo que ocurrió.”

“Me preocupa el lenguaje institucional, es decir, cómo se va a contar esa historia, porque se puede contar como fue o como políticamente está contada, por ejemplo, en el Valle de los Caídos y otros sitios, de modo muy tolerante con la visión del franquismo”, manifestó Silva a ELPLURAL.COM.

El contenido del relato
Sin duda la acción está bien, opina Silva “nosotros recibimos llamadas de agencias de viajes de clientes, en muchos casos extranjeros que piden visitar los escenarios de la guerra y nos preguntan dónde pueden ir. El problema, insisto es el contenido que le den al relato”.

Contar quién fue el causante
Para el presidente de la ARMH que está de acuerdo en que es una forma de preservar el patrimonio histórico, y se debe tratar como un elemento educativo “lo importante es que se transmitan además de valores de paz y de derechos humanos de algo que nunca más debería ocurrir, también que se aporte la información de quién fue el causante de que se tuvieran que usar estos fortines”.

Narración democrática
“Eso es lo inquietante, porque la idea es buena y está bien que vayan los escolares y aprendan, pero sobre todo que la narración sea democrática y se diga la verdad, no lo que estamos viendo en otros temas similares”, concluyó Emilio Silva.

Nueve kilómetros de recorrido
La viceconsejera de Cultura, Carmen González y el alcalde de Puentes Viejas, Gabriel Ramírez, presentaron esta primera fase de un recorrido circular de nueve kilómetros de longitud. Se podrá realizar caminando o en bicicleta y conocer así el llamado Frente del Agua que por el trabajo de restauración realizado hasta ahora, comprende 25 fortificaciones.

El Frente del Agua
Se llamó el Frente del Agua porque las construcciones tenían un propósito: dominar el agua que abastecía a Madrid para así hacerse con el control de la capital. Explica en su nota informativa la Consejería de Cultura que “durante los años que duró la contienda este frente estuvo activo y conserva todavía una variada tipología de construcciones”.

Bunkers, nidos de ametralladoras…
Observatorios blindados, fortines tipo blockhaus y cruciformes, paramentos y nidos de ametralladoras, miradores fortificados y trincheras componen el itinerario. En total se han invertido 62.000 euros en la recuperación y rehabilitación de los fortines así como en la señalización de la ruta.

El Cerro Pelado
“Se colocarán, en total, 32 señales informativas, que permitirán a los visitantes seguir el camino circular y conocer cada uno de los hitos del recorrido, que discurre por un bello bosque de la Sierra, que cubre lo que durante la Guerra Civil no era más que una colina, conocida como Cerro Pelado”, explican.

Aplicación para móviles
Para la segunda fase del proyecto, que se está realizando en este 2014, se prevé la creación de una aplicación para móviles con la idea de facilitar la orientación a los visitantes e incrementarla información.

Historia y medioambiente
“La ruta de la Guerra Civil – continúan- se integra en un conjunto de recorridos existentes en la zona –El Pinar de Casasola; El Picazuelo; Senda del Embalse de El Villar; o el Camino de los Descansaderos, añadiendo elementos históricos y culturales a los valores medioambientales, lúdicos y paisajísticos de este lugar”.

Cerro Pelado
“Los soldados de Franco trataron de conquistar el pantano de Puentes Viejas, al norte de la capital de España, pero las milicias republicanas se lo impidieron tras un largo y sangriento combate. De camino al pantano había una colina llamada Cerro Pelado, entre los pueblos de Paredes de Buitrago y Prádena del Rincón”, relatan.

Resistencia numantina
“Los combates por esta colina fueron intensos. Los republicanos sabían que si sus enemigos la tomaban ya estarían casi en el pantano, por eso ofrecieron una resistencia numantina. Y tuvieron éxito. Los franquistas no lograron conquistar el Cerro Pelado, que quedó dividido exactamente por la mitad entre los dos bandos: la cara sur, ocupada por los republicanos, y llamada 'Loma Quemada' y la cara norte tomada por el ejército de Franco, conocida como 'Loma Verde'.”.

El frente dormido
Dicen también que “ambos lados se fortificaron y no trataron de conquistar la zona opuesta durante el resto de la guerra. El Cerro Pelado y todo el sector de Somosierra se convirtió en lo que se llamaría un 'frente dormido' hasta el fin del conflicto en 1939”.

Las ametralladoras de Falange
“Precisamente destaca el puesto de mando franquista en la 'Loma Verde'; un búnker en perfecto estado, en el que todavía se puede leer sin ninguna dificultad el nombre de la unidad que sostenía el frente en aquel sector: "Las 7ª y 8ª Centurias de Ametralladoras de Falange". También en la zona republicana se pueden contemplar fortines y nidos de ametralladora en admirable estado de conservación”.