Ha recaudado 16 millones de euros y 2,6 millones de espectadores ya han pasado por taquilla en apenas tres semanas de exhibición, pero la película Ocho apellidos vascos está sentando fatal en algunos sectores y parece que no son únicamente los inicialmente previstos. Sus guionistas están acostumbrados a romper convenciones con el humor y es que con Vaya semanita fueron capaces de convertir a ETA en objeto de escarnio humorístico. Los que entonces se molestaron con el programa de éxito de ETB han vuelto a criticar el tono de esta película, con Gara a la cabeza de la ofensiva.

Juaristi abrió la veda...
Pero esta comedia costumbrista dirigida por Emilio Martínez Lázaro, que explora tópicos regionales a través de una historia de amor entre un señorito andaluz y una vasca 'abertzale' con muchos humos, también ha sentado fatal a la derecha pro-PP del País Vasco. Este domingo fue Jon Juaristi, que ha transitado desde la militancia en ETA en su juventud a la órbita aznarista y la pertenencia a DENAES -el embrión de Vox- el que desde ABC cargó contra la "debilidad moral" de la película. "La tragedia de ETA sigue formando parte del paisaje cotidiano del País Vasco, y se resiste a su transformación en comedia. El tiempo no ha empezado siquiera a desgastarla", aseguraba Juaristi.

... con la "debilidad moral" y la "equidistancia"
"Es cierto que ha cosechado el favor de la inmensa mayoría que no está con las víctimas ni con Bildu, pero eso no supone coincidir con la moral de la democracia, sino con la amoralidad de la equidistancia, algo a lo que el cine español nos tiene acostumbrados en su tratamiento del terrorismo etarra desde los orígenes mismos de la transición", insistía Juaristi.

Zarzalejos: "Auténtico bodrio"
Al hilo de ese artículo, el exdirector de ABC, José Antonio Zarzalejos -cuyo hermano Javier es secretario general de FAES- también arremete contra la película desde El Confidencial. Asegura que es "un auténtico bodrio que no llega ni de lejos a la altura de la astracanada (un disparate para hacer reír y sonreír con la ironía) de las que elaboraba con maestría Pedro Muñoz Seca".

Los de los ocho apellidos hablan de "banalización"
Zarzalejos habla de víctimas pero parece que lo de bromear con el aura de los apellidos vascos es lo que más le fastidia a él a su círculo. Porque subraya que nació en Bilbao y a los vascos españoles como él, que no son ni de abertzales ni víctimas, "la película de marras podría parecernos –a mí me lo parece y a vascos que tengo muy cerca con ocho apellidos de aquella tierra también– una torpe banalización de lo que suponen ETA y su entorno, realidades sociales ambas que están muy lejos de haber desaparecido en sus aspectos más trágicos de la memoria –incluso del presente– de los ciudadanos del País Vasco". "No veo que sea compatible Bolinaga en libertad con la carcajada desinhibida de Ocho apellidos vascos", sentencia Zarzalejos mezclando churras con merinas.

"No se la tomen a broma"
El propio Zarzalejos recoge los argumentos del Gara para comparar la película con Txomin del Regato, un humorista que "se hizo célebre en pleno franquismo por ataviarse con una txapela y un blusón de aldeano, enfatizando el acento rural vasco en el habla castellana y relatando chistes domésticos". "Me permito alertarles para que no se tomen a broma 'Ocho apellidos vascos'. Si lo hacen, cometerían, sin saberlo, un serio error", concluye el periodista.