El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se ha encontrado con una fuerte respuesta a su estrategia silenciosa de arrinconar y asfixiar a la prensa disidente. Nada más y nada menos que el de quinientos catedráticos y personalidades del mundo de la política, la cultura y los movimientos sociales que le han remitido una carta protestando por la marginación injusta, el ataque a la libertad de expresión, de conciencia y de pensamiento a la que se somete a publicaciones progresistas, especialmente a la Revista Temas, que preside Alfonso Guerra.

Denuncian que la negación de las ayudas a varias publicaciones progresistas, entre las que se encuentra Temas, constituye un agravio comparativo con otras revistas de carácter similar y de orientación diferente, como Revista de Occidente (de la que el secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle, es colaborador) o Cuadernos de Pensamiento Político (publicación de FAES, en la que también colabora el señor Lassalle) o Nueva Revista, de la órbita del PP, en la que igualmente escribe el señor Lassalle.

Desprecio a contenido y diseño
Pero no sólo es la denegación de ayudas, es que además se le une el insulto, al no considerar que Temas sea merecedora de la subvención por no tener "calidad de contenidos", "relevancia" o "valor en su diseño". También acusan a Lassalle de excluir a Gaceta Sindical (revista vinculada al sindicato CCOO), Raíces (revista de difusión de la cultura judía), Nuestra bandera, (vinculada al PCE), así como Gitanos, (dedicada a la difusión de la cultura gitana).

Consenso histórico
Tal y como señalan los intelectuales, dichas exclusiones son hito histórico que rompe el consenso político desde la Transición para ayudar a publicaciones culturales y de pensamiento que mantuvieran una serie de requisitos de calidad, interés y difusión, sin exclusiones de ningún tipo por razones de carácter político, cultural o por su línea ideológica.

Fin de las suscripciones
"Las ayudas -bastante modestas- antes se otorgaban mediante concursos públicos en los que una comisión de expertos independientes y de prestigio valoraban la forma y la cuantía de las mismas, según criterios de objetividad", aseguran. Sin embargo, critican que desde la llegada de José María Lassalle a la Secretaría de Estado de Cultura, primero se suprimieron en 2012 las suscripciones que tenían una serie de bibliotecas públicas a estas revistas, y ahora en 2013 se ha roto el consenso de no discriminación con una actuación arbitraria que está muy alejada de los criterios propios de una cultura abierta y de un Estado Democrático.

Premios a los fieles
Es sólo un episodio más de la discriminación silenciosa a la que este Gobierno somete a la prensa y al periodismo que no es afín a su visión política. Como ya desveló ELPLURAL.COM, otro capítulo se vivió con la publicidad institucional de un tema tan sensible como la violencia de género, que el Ministerio de Sanidad de Ana Mato utilizó para premiar a los fieles de una manera escandalosa y agraviante.

Más publicidad que El País
De esta manera, medios con una audiencia prácticamente residual como La Gaceta o La Razón recibieron 36.543 euros y 73.103 euros. El diario que dirige Francisco Marhuenda no sólo se llevó la partida más grande en términos absolutos, sino que recibió 18 veces más publicidad por lector de la que se asignó a El País, el medio más leído. Por su parte, el diario de Intereconomía se llevó 27 veces más publicidad por lector que el periódico de PRISA.

Silencio contra los ataques
Y ejemplos los hay no sólo por acción, sino por omisión. El mes pasado, cuando varios periódicos digitales progresistas -por cierto, medios que tampoco vieron un euro de aquella campaña de violencia de género mientras otros como Intereconomía o Libertad Digital sí- recibieron un ataque cibernético de la extrema derecha para evitar su difusión, ni un solo miembro del Gobierno o la Secretaría de Estado de la Comunicación salió en su apoyo, denunciando lo que una clara agresión a su libertad de expresión.

Carta de intelectuales
La carta en defensa de la Revista Temas y otras publicaciones de izquierdas está firmada por personalidades del mundo académico como José Álvarez Junco, Adela Cortina, Victoria Camps, Ignacio Zubiri, Carlos Berzosa, Ángel Viñas, Manuel Cruz, Ramón Cotarelo, Emilio Ontiveros, Joan Subirats, Juan Antonio Gimbernat, Rafael Nájera, Xose Carlos Arias, Andrés de Blas, Jorge de Esteban, Fernando Vallespín, Elías Díaz, Emilio Muñoz, Gustavo Suárez Pertierra, Sebastián Balfour, Robert Matthews, Juan Gimeno, Antonio Baylos, Gonzalo Ruiz Zapatero, Antonio García Santesmases, Francisco Llera, o Virgilio Zapatero, entre otros.

Políticos, sindicalistas y periodistas
También firman la carta sindicalistas como Nicolás Redondo, Cándido Méndez, Ignacio Fernández Toxo, Julián Ariza, Tony Ferrer, José María Zufiaur o Antón Saracíbar. Asimismo, también la han suscrito personalidades del mundo político como Elena Valenciano, Josep Borrell, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, Cristina Narbona, Manuel Cháves, Enrique Múgica, Guillermo Fernandez Vara, Cayo Lara, Gaspar Llamazares, Luis de Velasco, Diego López Garrido, Juan Antonio Yañez Barnuevo, Francisca Sauquillo, Alberto Garzón, Tomás Gómez, José María Benegas, Enrique Barón, Consuelo Rumí o Rafael Simancas; así como, personas del ámbito social y de la comunicación entre las que se encuentran, Juan Luís Cebrián, Eduardo Sotillos, Joaquín Estefanía, José María Mohedano, Fernando Castedo, José María Calviño, Rafael de Lorenzo, Ricardo García Zaldivar, Jorge Fabra, Juan Antonio Sacaluga, Marciano Sánchez Bayle, o Fernando Berlín, entre otros.