Ayer no sólo conocíamos la entrevista que Mariano Rajoy había concedido a Bloomberg, mientras que en España los periodistas le tienen que ver a través de una pantalla de plasma; también conocimos que Moncloa presionó a la agencia americana para que no emitiese la parte más sensible: las preguntas sobre la corrupción en el PP.

Un fragmento que pilló desprevenido a Rajoy y que le sacó de sus estudiadas cataratas de datos sobre la economía. El presidente se mostró esquivo, como es habitual, y quedó como el único español que aún no se ha enterado de que el PP destruyó los discos duros de Bárcenas que le pidió el juez.



"Hay cosas que no se pueden probar"
Aunque la frase más peligrosa y que inquietó sobretodo en Moncloa fue aquella de "hay cosas que no se pueden probar" respecto a la posible financiación ilegal del PP. Una expresión con la que salió al paso de la mencionada por la entrevistadora, la famosa "todo es mentira salvo algunas cosas" y que pasará a la historia junto a la de "nadie podrá probar que [Bárcenas] no es inocente".