Alfonso Ussía (Foto: La Razón) y Federico Jiménez Losantos (Archivo/EFE)

 

 


Alfonso Ussía se lanzó el martes a defenderse de las críticas de Losantos por defender a la infanta Cristina. Aunque le define como un "poderosísimo comunicador", los dardos que le lanzó iban más que envenenados:

 

 

 "Sé dónde estoy y dónde estaré. Quizá esa seguridad en la ubicación es lo que me distingue con más aristas de Federico. Por poner un ejemplo. Me consta que me ha puesto a caer de un burro, pero ignoro en qué medio, o en qué programa, si en el suyo o en Intereconomía. Me duele, conociéndolo, que haya terminado apoyando una empresa a cuyo principal accionista [en referencia a Julio Ariza] concedía, años atrás, un escaso valor".

"Tiene sus obsesiones y sus intereses. No oculta lo que odia, y considera un agravio lo que no encaja en sus esquemas y sus atrabiliarios excesos verbales".

"Federico cree que hablo con el Rey, que recibo mensajes de la Casa del Rey y que estoy en contacto con La Zarzuela. Se equivoca mucho. No he hablado con el Rey en años, no tengo contactos con La Zarzuela y no acepto mensajes. Defiendo mi verdad. Si por ello Federico me insulta, allá él con su conciencia. Le divertirá saber que, personalmente, el Rey siente mucho más recelo hacia mí que hacia él. Estás perdonado, Fede".


Losantos no ha tardado en responderle en un segundo asalto en el que parece haberle dejado KO. Lo hace en su artículo habitual de El Mundo, donde, tras ridiculizar sus argumentos en favor de la infanta -a quién describe como una mujer igual que otras muchas que pertenece a una sociedad administrada por su marido y una víctima de la "jauría humana" por ser quien es-, se lanza directamente a la yugular:

 

 

"Como no oye la radio, Alfonso no se entera de que ladrar no es opinar; que, para mordidas, la Zarzuela; para jauría, la rehala cuyo aliento siente en la nuca el juez; y que las españolas, casadas o no, que están en consejos de sociedades que delinquen son tan imputadas como los españoles, mientras firmen las cuentas y no rija la sharia. Está imputada la esposa de Torres. ¿Por qué no la de Urdangarin, dueña al 50% de Aizoon? ¿Para garantizar la unidad de España?

Y el párrafo mejor es éste: «Doña Cristina está empeñada en no abandonar a un golfo. Es su golfo. Y ese empecinamiento la honra». No puede decirse lo mismo de ese razonamiento. Pero quedas perdonado, Alfonso.

«De creer a Ussía, a la Infanta la han asesinado como a su abuelo, al que nadie pilló robando»"