El tiempo puede darle la razón a Joana Ortega. Aunque algunos miembros del Gobierno se hayan planteado, a título individual dicen, que el ejecutivo debe asistir a la manifestación del 11 de Septiembre, convocada por la Asamblea Nacional de Cataluña de perfil totalmente independentista, el presidente Mas ya ha hecho saber que no va a asistir a la manifestación.


Según fuentes de la Generalitat, el presidente no irá por varios motivos. En primer lugar, porque no se entendería que pidiera una reunión con Rajoy para iniciar las negociaciones del Pacto Fiscal al tiempo que, como presidente de la Generalitat, presida una manifestación que lo da por muerto y que quiere romper el pacto constitucional abogando por la secesión de Cataluña. Estas mismas fuentes, apuntan que Mas volverá a defender una manifestación que sea un clamor por el Pacto Fiscal y por una mejor financiación de Cataluña, pero se alejará de las máximas independentistas que, con seguridad, reinarán en la calle.


Además, Artur Mas –igual que Joana Ortega- es consciente de la delicada situación de las arcas del gobierno catalán. El día 28, el ejecutivo de Mas pedirá el rescate del Fondo de Liquidez Autonómica. Pero, además, el gobierno de Cataluña espera un anticipo inmediato por parte del gobierno de Rajoy para poder pagar a los proveedores que no cobran desde julio el concierto con la Generalitat: los hospitales y los centros de atención social. No se trata sólo de recibir dinero del gobierno central a medio plazo, se trata de recibir fondos de forma inmediata para hacer pagos urgentes. Necesidad obliga, seguramente, pero según fuentes bien informadas del gobierno catalán “sería suicida que el gobierno se ponga al frente de una manifestación independentista que su primera repercusión sería dejar a pies de los caballos al gobierno y aumentaría el cabreo en los sectores afectados”. Estas fuentes son contundentes en sus afirmaciones. “O el gobierno hace un adelanto o no podremos pagar. Incluso se podría echar mano, otra vez, de las nóminas de los funcionarios para afrontar los pagos más perentorios”.


También Artur Mas está valorando un escenario que se abrirá en breve para justificar su no asistencia a la manifestación. El presidente catalán no quiere romper totalmente las amarras con el PP catalán porque al inicio del curso político tendrá que negociar unos presupuestos que contemplarán más recortes. Mas sabe que puede contar para sacarlos adelante con Alicia Sánchez Camacho pero no tiene tan claro que la Esquerra Republicana de Oriol Junquera le apoye en este reto. Por eso, las fuentes consultadas del gobierno catalán consideran “irresponsable que Felip Puig se deje llevar por llevar por la ola independentista que se forma siempre antes del 11 de septiembre. No tiene lógica –afirman- que “el conseller de Interior,  caliente una manifestación que se aleja de los objetivos del gobierno y responde más a los intereses de Esquerra o Solidaritat”


Fuentes de la Federación Nacionalista ven con escepticismo el papel protagonista del conseller Puig en toda esta polémica que está poniendo en el filo de la navaja al ejecutivo de Mas “que ya tiene bastantes frentes abiertos”. Estas mismas fuentes han manifestado a ELPLURAL.COM que “el protagonismo de Puig está muy relacionado con la situación interna de CDC y los problemas del secretario general, Oriol Pujol”. El máximo dirigente del partido se ha visto involucrado en las últimas semanas en la trama catalana del caso Campeón que lo vincula, presuntamente, a la adjudicación de las ITV en Cataluña y se ha visto obligado a dar explicaciones sobre la presunta financiación irregular de CDC a través del Palau de la Música que, de momento, le ha costado depositar más de tres millones de euros de fianza al partido nacionalista. Con su posición Felip Puig “se está postulando en el seno del partido ante la debilidad de Oriol Pujol” y para “marcar posición con Mas del que se ha distanciado en los últimos meses”.


Estas mismas fuentes no esconden su malestar cuando afirman que “Puig incita a una manifestación a la que él mismo no irá porque estará encargado del dispositivo de seguridad. Un dispositivo que no podría garantizar la seguridad del presidente si éste fuera a la manifestación”. Un motivo más para que Artur Mas se desmarque de los sectores más independentistas de su partido y de la sociedad catalana.