Los incumplimientos de su programa electoral han venido uno tras otro en un escasísimo período de tiempo y también las incongruencias respecto a los aspectos que el PP criticó con dureza al anterior Gobierno socialista y que ahora no ha tenido reparos en aplicar, como la polémica subida del IVA.

La subida del IVA
Rajoy denunció en los últimos meses de la pasada legislatura la subida del IVA, pero en uno de sus paquetes económicos aprobado por el Consejo de Ministros se incluye el aumento de tres puntos (del 18% al 21%), superior incluso al incremento que aplicó José Luis Rodríguez Zapatero (del 16% al 18%).

La deducción por compra de vivienda
El líder conservador planteó en su campaña el compromiso de mantener la deducción por la compra de vivienda habitual y de aplicar a la adquisición de nuevos inmuebles el tipo de IVA superreducido del 4%, pero ya instalado en la Moncloa aprobó el fin de la deducción por vivienda a partir del 31 de diciembre de 2012, y también que el IVA superreducido sólo sería de aplicación para los hogares comprados durante este ejercicio.

Castigar a los banqueros por su mala gestión
Antes de llegar al poder, Rajoy se comprometió a exigir todas las responsabilidades a los gestores bancarios que incurrieran “en una Administración desleal o negligente”. Sin embargo, el Grupo Parlamentario Popular se resistió hasta el último momento a que el expresidente de Bankia Rodrigo Rato compareciera en el Congreso, y se sigue negando a que el exministro del Interior y ex consejero de Bankia Ángel Acebes acuda a la Cámara baja.

La promesa a los autónomos
El PP lanzó en su campaña electoral la propuesta para los autónomos de aplazarles el pago del IVA de las facturas hasta que estas no fueran cobradas, sin embargo, a finales de junio, el Congreso rechazó con el voto en contra del PP una iniciativa de la oposición que defendía esta reforma. El Grupo popular justificó su cambio de posición por supuestas “dificultades técnicas” y no solo esto, sino que en su plan de recortes ha subido la retención de los autónomos del 15% al 19%.

El Impuesto de Sociedades, el IRPF
El Gobierno también ha incumplido su promesa de reducirles a las pymes el Impuesto de Sociedades al 20% y ampliar al ámbito de aplicación del tipo del 25% al resto de empresas. Tampoco se ha alterado el IRPF para favorecer entre otros elementos el ahorro, como defendió el PP antes de las elecciones, sino que, todo lo contrario, en diciembre se aplicó un aumento generalizado de la carga fiscal que soportan los asalariados. La prórroga del Impuesto de Patrimonio es otra de las medidas polémicas que no había sido anunciada previamente.

El abaratamiento del despido
En sus mítines electorales Rajoy también se comprometió a no abaratar el despido, pero la reforma laboral de febrero amplió las causas objetivas para el despido económico, facilitando en la práctica la indemnización de 20 días por año trabajado.

No ayudaría a los bancos con fondos públicos
El jefe del Ejecutivo garantizó asimismo que no destinaría fondos públicos a ayudar a los bancos y que bajaría los impuestos al turismo del tipo reducido (8%) al superreducido (4%). Pero el Gobierno ha salido en ayuda de entidades como Bankia para evitar su quiebra, y el gravamen del turismo no sólo no ha bajado, sino que ha subido dos puntos (del 8% al 10%).

La educación y la sanidad, ¿intocables?
Otro de los incumplimientos más importantes han sido los recortes en Educación y Sanidad, “intocables” para Rajoy en su última etapa en la oposición y que como presidente ha recortado en más de 10.000 millones de euros. El copago en medicamentos y los cambios en el sistema sanitario que afecta a españoles e inmigrantes también se suma a la larga lista.

No iba a escudarse en "la herencia"
Mariano Rajoy se comprometió sobre todas las cosas a no escudarse en la herencia de Zapatero, y lo cierto es que no ha hecho otra cosa desde que llegó al Gobierno. Él y los suyos no han dejado de recurrir al anterior Ejecutivo para justificar su política indiscriminada de recortes y los incumplimientos de su programa electoral. Si España fuera Japón, ‘otro gallo cantaría’.