Ayer, el Tribunal Constitucional avaló, aunque por un estrecho margen de seis jueces a cinco,  el recurso de Sortu contra la decisión del Tribunal Supremo de prohibir, en marzo de 2011, su inscripción en el registro de partidos políticos del Ministerio del Interior. Se alegó en aquel tiempo por el Supremo que la mencionada Sortu era la sucesora de Batasuna.

Una escisión del PNV
Sin embargo, la ponencia de la magistrada Elisa Pérez Vera, votada favorablemente en el Constitucional,  ve “suficiente” el rechazo de Sortu a la violencia. Parece conveniente subrayar al respecto que este partido está integrado por Eusko Alkartasuna (EA), Alternatiba y abertzales independientes. Y debe tenerse en cuenta que Alkartasuna es un partido socialdemócrata e independentista, que funciona de acuerdo con la legislación vigente desde septiembre de 1986. Se trata, como es sabido, de una escisión del PNV.

Los años de plomo
De entonces ahora han pasado muchas cosas. Desde luego, en los años de plomo, era desgraciadamente  normal en la calle que ETA atentara y matara con una frecuencia estremecedora. Pero eso ha cambiado, por fortuna, desde hace ya bastante tiempo.

La ley de la selva
No sería ciertamente normal ahora que ETA continuara imponiendo en la calle la ley de la selva o la ley de la violencia. El terrorismo etarra ha dejado de existir. Esta circunstancia no les redime a todos aquellos que empuñaron las armas y asesinaron sin piedad alguna.

Sangre a raudales
Pero no es menos cierto que ETA ha desaparecido, al parecer definitivamente. La democracia ha derrotado con creces a los encapuchados. Exigían la independencia derramando sangre a raudales. Eso no llevaba a ninguna parte, salvo a la brutalidad, al dolor y la ira  de millones de ciudadanos.

Una buena noticia
Sortu ha sido legalizado. Estamos ante una muy buena noticia. Por la vía de la paz, todo lo que sea razonable. Por la vía de la muerte, nada. En la España actual, con tantas desgracias económicas y sociales, la legalización de Sortu no es una simple anécdota. Es otro paso firme hacia la racionalidad democrática.

Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM