El todavía gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, aseguró hoy en el Senado que le gustaría comparecer para explicar lo ocurrido en el sistema financiero español y concretamente en Bankia, pero añadió que "si el Gobierno cree que debo permanecer en silencio lo voy a hacer, porque es un momento en el que hay que apoyar al Gobierno".

Fernández Ordóñez comparecía en el Senado para evaluar los Presupuestos Generales del Estado y se negó a responder a preguntas de los portavoces del PP, PSOE y CiU sobre el sector financiero y Bankia porque estaba convocado solo para hablar de las cuentas estatales y por tanto no era el marco adecuado. El Gobernador consideró "legítimo" que los ciudadanos quieran saber lo que ha pasado, por eso añadió que en su opinión "debería hablar en la comisión de Economía del  Congreso", recordó que él mismo había solicitado la comparecencia en una carta enviada la semana pasada pero que "parece que el Gobierno y la mayoría parlamentaria no lo considera oportuno".

Por todo ello se negó a cuantificar el coste de la reestructuración de los bancos españoles porque es el Gobierno quien la dirige y, por tanto, quien conoce las cifras.

"Desconfianza grave hacia España"
Pero Fernández Ordóñez alertó sobre la gravísima situación de la economía española, "la imagen de desconfianza del país es tan grave que hay que aceptar lo que dice el Gobierno", y añadió una perla más: "La situación del Gobierno es muy delicada, como muestra la prima de riesgo".

En su comparecencia en el Senado alertó sobre el déficit que acumula ya el Estado en lo que va de año, más del doble de lo previsto por el Gobierno y comprometido en Bruselas. Tras la comparecencia declaró a los periodistas que mantenía su compromiso de no hablar de Bankia pero añadió que "es evidente que hay una campaña de desprestigio contra el Banco de España y por eso creo que deberíamos hablar".

El gobernador del Banco de España dejará su puesto el próximo 10 de junio, un mes antes de lo previsto, presionado por el Gobierno del PP con el que mantenía un enfrentamiento abierto. La gestión de Miguel Ángel Fernández Ordóñez (Mafo, como es conocido en el PSOE)  ha estado salpicada de polémicas y de enfrentamientos también con el Gobierno socialista de Zapatero. Fue nombrado Gobernador a propuesta del entonces vicepresidente económico Pedro Solbes, quien convirtió el nombramiento de Ordóñez en una cuestión personal ante la oposición de destacados miembros del Gobierno socialista. Finalmente Zapatero aceptó la propuesta de Solbes, pero una vez que éste salió del Gobierno y estalló la crisis financiera, los enfrentamientos con el anterior ejecutivo fueron constantes. Mafo se dedicaba a dar lecciones al Gobierno sobre la reforma laboral o sobre la reforma de las pensiones en vez de arreglar el lío de las cajas. Sus enfrentamientos con el exministro de Trabajo, Valeriano Gómez, fueron públicos pero también se enfrentó a la Vicepresidenta Elena Salgado y la interlocución con el presidente Zapatero era nula.