Rajoy menosprecia a Duran
La situación empezaba a deteriorarse pero CiU, de la mano de Duran Lleida al que se le ponen los pelos como escarpias cuando oye la palabra independencia, siguió contemporizando con el PP en el congreso. En esos mismos días, CiU dio su apoyo a la Ley de Estabilidad Presupuestaria –que el año pasado consideró como un atentado a la soberanía de Cataluña- y cedió de forma entusiasta sus votos a la reforma laboral y a otros recortes. Duran esperaba que con esta actitud Rajoy fuera condescendiente con Cataluña en los presupuestos. No lo fue. A pesar de todo, Duran esperaba un gesto que le permitiera esgrimir ante la opinión pública su papel decisivo en la política española. Esperaba una llamada de Rajoy en la que el presidente del Gobierno diera carta de autenticidad a las exigencias de Cataluña. A saber, pago de los 219 millones de euros pendientes de liquidar del año pasado. Mínimo compromiso de pago –aunque fuera a plazos- de deudas anteriores; y corrección de la inversión pública en Cataluña que ha caído un 45% con los primeros números de los presupuestos en la mano. La llamada no se produjo i CiU abrió la veda.

El primero fue Duran i Lleida que parecía un alma en pena mendigando unas migajas a Rajoy en la rueda de prensa posterior a la ejecutiva de CiU. Todavía debe pensar el dirigente nacionalista, que está en fuera de juego, que el movimiento que espera del presidente del gobierno puede llegar. Fue duro en la crítica pero posibilista. No cerró las puertas al acuerdo.

Mas exigirá a Rajoy un nuevo pacto fiscal
Muy al contrario que el sector duro del partido, el sector que rodea al presidente Mas. Este grupo, liderado por el propio presidente y el secretario general, Oriol Pujol, han puesto la directa. Mas ha anunciado que se reunirá en breve con Rajoy para exigirle la negociación de un nuevo pacto fiscal. Será una reunión no anunciada. Discreta, según fuentes de la Generalitat, para evitar la presión de los focos mediáticos. Un pacto fiscal condenado al fracaso si nos atenemos a que si el Gobierno no está dispuesto a pagar lo contemplado en el Estatut mucho menos lo estará a dejar de cobrar los impuestos en un momento en el que falta dinero por todas partes.

Este desacuerdo está siendo esgrimido por este sector duro que afirma que España maltrata a Cataluña, que el conflicto está servido y que Cataluña no puede seguir siendo víctima del expolio fiscal. Siguiendo este argumento, la conclusión del núcleo duro es que la única salida para Cataluña es la independencia. En caso de fracaso de las negociaciones, que todos dan por seguras, Artur Mas convocaría elecciones al Parlament de Catalunya.

Posible intervención de Cataluña
El presidente de la Generalitat, sin embargo, no se conforma con este escenario y plantea más presión. Hoy lo ha hecho público en el día de Sant Jordi dejando abierta la puerta de la intervención de Cataluña por parte del estado “porque las finanzas de Cataluña están en una situación delicada”. Mas ha echado más leña al fuego para cargarse de argumentos ante una posible convocatoria electoral. CiU pretende conseguir en estos posibles comicios un resultado que avale su postura y un amplio apoyo a sus propuestas de pacto fiscal o de la independencia si el fracaso negociador se convierte en realidad. Los nacionalistas juegan esta carta para seguir presionando el Gobierno de Rajoy. Los resultados les pueden ser halagüeños porque la oposición de izquierdas sigue todavía lamiéndose las heridas y no levanta cabeza, mientras que el PP puede pagar en las urnas su política de recortes que están dejando en el hueso la estructura del estado del bienestar y están aumentando la presión fiscal sobre las clases medias.

Ahora Rajoy tiene la palabra en un escenario en el que las relaciones entre Cataluña y el resto de España están en su peor momento. Mas, por si acaso Rajoy ejerce de gallego y no da respuestas, está preparando su artillería y amenaza con elecciones anticipadas. Lo que anunciaba ELPLURAL.COM hace una semana se está cumpliendo. España para Mas es un problema. Cataluña es el problema de Rajoy.

*Toni Bolaño es periodista y analista político