FAC es la cara autoritaria, rancia, egoísta de esa derechona de siempre. Lo demostró cuando estuvo en el PP , donde dirigió el partido como si se tratara de un cuartel, cuando lo abandonó porque no le daban lo que exigía y ahora que parece haber optado por la retirada.

Ejemplar
Es el típico ejemplar de la derecha pura y dura, que hiede a autoritarismo, que moldea las ideas y los principios bajo el arco de su exclusiva conveniencia personal y que, finalmente, siempre coloca sus propios intereses a los generales.

No hay que olvidar que fue número dos con José María Aznar tanto en el PP como en el Gobierno y posteriormente ministro de Fomento al socaire de que es ingeniero de Caminos.

¿Resistiría esa trayectoria en el poder una investigación en toda la regla bajo la lupa de la ética?

Rajoy y Cospedal
Cuando había anunciado su retirada de la vida pública y se iba a dedicar a disfrutar de su dinerito con su tercera esposa –no parece que Cascos tenga especiales problemas para llegar a fin de mes, ustedes me entienden- hete aquí que FAC se presentó en Génova 13 para exigir - Cascos siempre exige, ordena, impera, manda-, que el Partido Popular le entregara la candidatura al Principado.

Rajoy se negó por las formas; Cospedal fue tajante por lo que significaba de vuelta atrás y también porque el partido volaría en añicos en aquel territorio porque a FAC muchos no querían verle ni en pintura.

¿Pero cómo se podía nominar candidato a un señor que había presentado denuncias en los tribunales contra sus compañeros de militancia?

Foro
La negativa genovesa produjo su ruptura con la formación que había dicho defender hasta la muerte y la voladura de la derecha asturiana. Poco dura la alegría en la casa del pobre porque a los ocho meses se ha visto obligado a convocar elecciones y ofrecer la oportunidad a los ciudadanos del Principado de mandarle a paseo.

Tengo para mí que ese Foro va a durar menos que un una coca-cola en casa del dependiente. Es un juego de salón creado para dar satisfacción puntual a un personaje autoritario y fascistoide, caduco y egoísta.

Político típico
Álvarez Cascos –amigo de una serie de empresarios que tienen cuentas actualmente con la Justicia-representa justamente al político típico que la ciudadanía rechaza y contra la que se revuelve esa parte concienciada de la sociedad en protesta. Cascos es de esos hombres que están en la vida pública por lo que están: favorecerse a sí mismos (y forrarse) antes que la promoción y persecución del bien general.

Intereses apolillados y llenos de carcoma.

Graciano Palomo es periodista y escritor, director de FUNDALIA y editor de IBERCAMPUS