El pasado 30 de diciembre el Gobierno aprobó un tijeretazo sin precedentes con el fin de recortar en 8.900 millones de euros el gasto público. Al mismo tiempo, el Consejo de Ministros acordó entregar mensualmente a la Iglesia Católica un total de 13.266.216,12 euros, a modo de anticipo de la cantidad que deber recibir con cargo al IRPF.

Beneficios fiscales
El Ejecutivo popular impuso además una subida progresiva de impuestos en función de la renta, que puede suponer en algunos casos un aumento de 7 puntos. Mientras, en paralelo, acordó prorrogar durante un año los beneficios fiscales de los que goza la Iglesia católica por la celebración de eventos de interés público y el mantenimiento del Patrimonio Histórico.