Uno de los hombres más cercanos a Esperanza Aguirre y al ala neoliberal del PP, Arturo Fernández, es el que ha impuesto el calendario. Los técnicos de CEOE, Cepyme, UGT y CCOO han venido negociando en las últimas semanas con los avances previsibles y habían acercado posturas en temas tan espinosos como los despidos, las modalidades de contratación e incluso sobre la flexibilidad interna de las empresas en casos de crisis. Pero la patronal reventó cualquier posibilidad de acuerdo en vísperas de la fecha límite.

Cambio de postura
Mientras la patronal catalana, de la que procede el actual presidente de la CEOE, filtraba la posibilidad de un acuerdo a corto plazo, fue el propio Juan Rosell el que dijo que no a casi todo en la reunión que los líderes de sindicatos y patronal mantuvieron el lunes. Nada era casualidad. Arturo Fernández ya había movido los hilos para dejar ver al Gobierno la conveniencia de acomodar los ritmos de la reforma laboral y el final de la reestructuración del sector financiero.

El poder en la sombra
Oficialmente esa postura es inasumible por el PP, porque sería reconocer públicamente que la reforma laboral que según han dicho tienen en mente hace meses no será suficiente para desatascar el mercado de trabajo. Pero Fernández, que lleva muchos años ejerciendo de empresario, sí sabe que el BOE no lo arregla todo y que es necesario que fluya el dinero. Por ello ejerció su poder y paró cualquier posibilidad de acuerdo en la reforma laboral para dar tiempo a que el Gobierno pueda dar los dos pasos a la vez.

Nuevo calendario
De hecho, Mariano Rajoy señalaba ayer mismo que la reforma del mercado financiero que prepara estará lista antes de un mes. Un día antes, Fátima Báñez había dicho que el compromiso que ella había adquirido con el presidente del Gobierno era tener lista la reforma del mercado de trabajo en el primer trimestre el año y lo iba a llevar a cabo. Para terminar, patronal y sindicatos pedían formalmente una prórroga en la negociación a última hora de la tarde de ayer.

El decretazo
El único compromiso formal que lograron fue que el Consejo de Ministros de este viernes 13 no va a legislar sobre el mercado laboral. Pero la verdad es que todos saben que seguramente tampoco lo va a hacer en el siguiente y que al final todo se acabará resolviendo mediante un decreto-ley que verá la luz en la misma reunión gubernamental en la que se apruebe el saneamiento de la banca para que, teóricamente, comience a dar crédito a las empresas.

Vieja táctica empresarial
La táctica de la patronal cuenta además con la ventaja de que saben que los sindicatos no pueden firmar un suicidio colectivo y poner por escrito una liberalización casi total del mercado laboral, renunciando incluso a la capacidad de decidir con la patronal cómo se resuelven los conflictos en los convenios colectivos. Arturo Fernández lo tiene muy claro: dejar que cada empresa sea absolutamente soberana en sus relaciones con los trabajadores, con lo que los derechos colectivos se reducen exclusivamente al ámbito de cada centro de trabajo.

Un perfil liberal
Fátima Báñez, conocida en política desde que a sus entonces 27 años empezó a salir en 1995 en las fotos del PP andaluz, es abogada y economista y antes de ponerse manos a la obra dentro del Partido Popular se hizo experta en gestión empresarial en el mercado más liberalizado del mundo, el estadounidense. Es una de las personas de confianza de Soraya Sáenz de Santamaría, ahora vicepresidenta del Gobierno, quien la llamó a su lado para que estuviera presente en las transferencias de poder con el Gobierno de Rodríguez Zapatero.

Una vez más, Andalucía
Esta cercanía a la vicepresidenta otorga a la ministra de Empleo un poder que ha sabido utilizar para marcar los tiempos de la reforma laboral y acompasarlos a las peticiones del ala más dura de la patronal. Con ello, además, quiere hacer coincidir el mensaje de que la mayor liberalización del mercado de trabajo se une a una mayor exigencia a los bancos, para poder utilizarlo en su tierra, Andalucía, como argumento electoral precisamente en febrero, justo antes de las elecciones autonómicas.