Según relata el fiscal en su escrito de acusación, en enero de 2010 el Juzgado de Violencia sobre la Mujer referido dictó un auto en el que acordaba que el menor permaneciera  con su padre desde el Viernes de Dolores hasta el Miércoles Santo,  mientras que desde el Miércoles Santo hasta el Domingo de  Resurrección pasaría a estar con la madre. Recuerda que, en 2009, el  menor realizó la salida procesional "hallándose conformes ambos  progenitores, y sin ningún tipo de dificultades ni incidencias".

Un email donde se le exige al padre que se le informe de la salida procesional
Tras ello, indica que el Viernes de Dolores de 2010, "y al parecer  como respuesta a una solicitud efectuada por vía telefónica", la  abogada de la madre dirigió un email al letrado del padre "en el que  se exige al padre que se le informe exacta, documental, formal y  expresamente de una serie de datos relacionados con la salida  procesional de su hijo en la Hermandad del Silencio", un email "que  fue interpretado por el padre como indicativo de las dificultades que  la madre va a poner a la salida procesional del menor, cuando no como  negativa a la misma", por lo que "fue contestado en términos  explicativos y un tanto irónicos mediante otro email" remitido el  Lunes Santo.

El padre presentó un escrito con la solicitud
En esta situación, y como el padre del menor "viera a su hijo  preocupado porque su madre pudiese poner trabas para salir en la  procesión, lo comentó con su letrado". Así, en la mañana del Martes  Santo se personó en el Juzgado del magistrado imputado el menor con  su abuelo y un abogado "con la intención de solicitar una medida de  protección que garantizase el deseo del menor de salir en una  procesión, solicitando igualmente que el nieto fuera oído por el  juez, presentando un escrito con dicha solicitud".

Entrevista con el abuelo y con el menor
El letrado, prosigue el fiscal en su escrito, entró en el despacho  del juez y mantuvo una entrevista con él "durante la cual le informó  del motivo por el que se acudía a su despacho, lo que condujo al  imputado a la decisión de adoptar una medida cautelar para impedir  que el deseo del niño se viera frustrado", tras lo cual el juez llamó  tanto al abuelo como al menor. "No se acompañó, sin embargo, ningún  documento que pudiera adverar 'prima facie' las discrepancias de los  padres en relación con la citada estación de penitencia, ni del cual  se dedujeran los obstáculos o dificultades que la madre pudiera estar  poniendo", apostilla.

La madre no puso ningún obstáculo
Tras ello, el imputado acordó celebrar una comparecencia dando  audiencia al niño, durante la cual le preguntó si tenía mucho interés  en salir en la procesión, contestando el menor que sí, que estaba muy  ilusionado y preocupado porque le impidieran salir, "denotando el  imputado en las preguntas efectuadas al menor que era conocedor de la  situación". En dicha comparecencia, el menor relata que "no entiende  cómo ahora una abogada de su madre le ha dirigido un escrito a su  padre poniendo todo tipo de problemas y obstáculos para poder salir".

Serrano decidió resolver la cuestión sin oir a ambas partes
En esta comparecencia, no obstante, "no se exige por el magistrado  a los solicitantes la exhibición del email en el que se supone  constan los obstáculos opuestos por la madre para tal salida  procesional, ni realiza ninguna gestión para conocer de primera mano  el contenido del citado documento a fin de verificar su realidad y la  exactitud de sus términos", agregando que el magistrado "decidió  resolver la cuestión sin oír a ninguno de los padres del menor", a  pesar de que el padre estaba en los aledaños del juzgado y la madre  "podría haber sido citada de urgencia mediante una simple llamada  telefónica, al menos para cerciorarse de la noticia argumentada por  los solicitantes".