El sensual, y polémico, nuevo vídeo de C. Tangana y Nathy Peluso ha causado una oleada de reacciones en el ámbito musical, pero especialmente en el mediático e incluso el religioso. En este sentido, hasta algún rostro político se ha pronunciado al respecto, concretamente, José Manuel García-Margallo. 

Como uno de los nuevos tertulianos de la nueva temporada de Todo es Mentira, el exministro de Asuntos Exteriores ha visualizado el videoclip de ambos cantantes, el cual se ha rodado en la Catedral de Toledo, el principal detonante de la polémica.

Ante esta situación, el político no ha dudado en cargar contra la producción. Margallo asegura que "el respeto a las creencias de todo el mundo es inexcusable" porque considera que si esto se hace "en una mezquita o en una sinagoga tenemos la de Dios es cristo". Por ello, le resulta "absolutamente innecesario" e "inconveniente", además de puntualizar que la Catedral de Toledo "no está para bailar bachata".

El político ha querido matizar su crítica con una reflexión: "Esto provoca irritación y gracias a Dios los católicos somos más tolerantes que otras religiones", concluía.

Roces en la Iglesia 

A las pocas horas del estreno del videoclip, que en pocos días ya acumula más de cinco millones de visualizaciones, el ámbito religioso protagonizó un choque de opiniones por la grabación de las escenas en uno de los templos católicos más emblemáticos del país.

Por un lado, el deán del Cabildo Primado de la Catedral de Toledo, Juan Miguel Ferrer avaló la realización de las grabaciones en dicho escenario justificando la propia letra de la canción: "Presenta la historia de una conversión mediante el amor humano", aseguró por medio de una carta.

Sin embargo, el arzobispo de Toledo no tenía conocimiento alguno de ello, por lo que, cuando tuvo noticia de ello, estalló sentenciando "profundamente" la grabación y pidiendo perdón a los "fieles laicos, consagrados y sacerdotes" que se pudieron sentir heridos por las imágenes "en un lugar sagrado".

A raíz de este comunicado, una treintena de personas se concentraron a las puertas de la catedral el domingo por la noche portando cada uno una vela, alegando que estaban realizando un acto íntimo y de reparación.