El presidente del Partido Popular en Castilla-La Mancha, Paco Núñez, ha reclamado este lunes la convocatoria de elecciones generales ante la “vergüenza ajena” que, según ha dicho, le produce la situación política que vive España. Sin embargo, ha evitado y evita pronunciarse sobre la última revelación que salpica a la expresidenta del Gobierno de Castilla-La Mancha y su antecesora en el Partido Popular de la región, María Dolores de Cospedal, después de que la semana pasada se conociera una nueva grabación en la que pronuncia la frase “a Grinda hay que matarlo”, en referencia al fiscal Anticorrupción José Grinda.
Durante su intervención en la inauguración de la Asamblea General de la Asociación de la Empresa Familiar de Castilla-La Mancha celebrada este lunes en Toledo, Núñez ha asegurado que España atraviesa una “situación política compleja” y ha insistido en que “lo mejor” que podría ocurrir es la convocatoria de elecciones para “devolver la palabra al pueblo”. No obstante, ha querido matizar que esa decisión “corresponde a otras esferas”, aunque ha recalcado que la política nacional está generando un “desánimo generalizado” que contrasta con el “oasis” que, a su juicio, representa el entorno empresarial castellanomanchego.
Estas declaraciones se producen en pleno escándalo por la filtración de nuevos audios del excomisario José Manuel Villarejo, publicados por el diario El País, en los que se revela una conversación con Cospedal fechada en julio de 2017. En esa conversación, la exdirigente popular responde con un “a Grinda hay que matarlo” tras escuchar al comisario hablar de presiones por parte de la Fiscalía. La frase se enmarca en un contexto de maniobras para frenar investigaciones contra Villarejo, que entonces ya sospechaba que sería detenido, como así ocurrió meses después.
La grabación forma parte de un pendrive entregado a la Fiscalía General del Estado por la periodista y exmilitante del PSOE Leire Díez, y se suma a una larga serie de audios que documentan la relación entre Villarejo y dirigentes del PP durante los años en los que Cospedal ostentaba un papel central en el partido y en el Gobierno de Mariano Rajoy. Durante ese tiempo, el ahora condenado comisario tejió una red de contactos políticos, policiales y judiciales con el objetivo de desactivar causas judiciales o lanzar campañas contra adversarios políticos.
Cospedal, la 'madre' política de Núñez
El silencio de Núñez resulta especialmente llamativo por su cercanía política con María Dolores de Cospedal, de quien fue portavoz parlamentario durante su etapa como presidenta de Castilla-La Mancha. Tras su marcha, Núñez se impuso en las primarias del PP regional gracias, en parte, al respaldo del entorno "cospedalista", que sigue teniendo gran peso interno. Esa herencia política no ha sido nunca cuestionada por el actual líder del PP castellanomanchego, que ha evitado desmarcarse públicamente de las prácticas que ahora revelan los audios de Villarejo.
Resulta difícil imaginar que Núñez desconociera el historial de maniobras atribuidas a Cospedal, pues muchas de ellas ya habían sido publicadas hace años en medios de comunicación y han tenido reflejo en investigaciones judiciales. Sin embargo, ni entonces ni ahora ha emitido una sola palabra de condena, ni ha pedido explicaciones a su antecesora ni ha abierto tampoco ninguna reflexión sobre los límites éticos que debe marcar un partido que aspira a gobernar.
En cambio, sí ha mostrado una dureza sin matices hacia el Gobierno de Pedro Sánchez, al que acusa de degradar las instituciones democráticas. Su exigencia de elecciones generales para "devolver la palabra al pueblo" se produce justo cuando la opinión pública vuelve a enfrentarse a pruebas explícitas de la connivencia entre dirigentes del PP y las llamadas cloacas del Estado.
Este contraste entre la exigencia de responsabilidad al Gobierno de Pedro Sánchez y el silencio ante las actuaciones de Cospedal ha sido criticado por diversas voces, que acusan al líder regional del PP de emplear una doble vara de medir. Mientras denuncia la “vergüenza” institucional en Moncloa, no ha realizado ni una sola mención pública a los audios de Cospedal ni ha mostrado intención de exigir explicaciones o abrir una investigación interna.