Cuando hay atentados son días terribles, acabas yendo solo en el metro porque nadie se quiere sentar a tu lado”.

Esta frase podía de ser de hoy, pero es parte del relato que Aurora Ali, miembro de la Plataforma Ciudadana contra la Islamofobia, narraba a ELPLURAL.COM el pasado mes febrero.

Ahora, una vez más, podemos constatarlo. El atentado de Barcelona ha avivado con fuerza el discurso del odio.

“Yo no he salido de casa, pero tengo muchas amigas que han tenido que escuchar por la calle en las últimas horas una y otra vez: ‘putos moros de mierda’”, cuenta esta activista hispano-egipcia a este medio. Después de ataques como el de la ciudad condal “se validan este tipo de frases; es como si se dijese: ‘ahora ya lo puedes decir’”.

Se han registrado casos de vandalismo en distintos puntos de la península contra negocios regentados por árabes, centros culturales islámicos y mezquitas.

Aunque los ataques más duros han llegado, como era previsible, a través de las redes sociales. Twitter es la plataforma principal desde la que se dispara. Se han enviado “muchísimos mensajes privados a personas que tienen nombre o apellido de origen árabe y también nos hemos encontrado con ataques directos a personas casadas con musulmanes”.

La etiqueta #StopIslam ha servido para medir la cantidad de ataques que circulan por las redes. “Se pueden leer cosas increíbles como ‘vamos a ir a por todos los moros’ o que tenemos un gran arsenal con el que vamos a atacar. Hay insultos que no puedo ni reproducir”, confiesa Aurora.

La Plataforma está denunciando todos estos mensajes al proveedor, sin embargo, “hay tantos, que hasta que llegan las denuncias, siguen circulando por la red”.

Grupos, políticos y periodistas de extrema derecha “no hacen más que alentar el discurso del odio”. Un claro ejemplo está en el tuit de Isabel San Sebastián o en el de Alfonso Rojo.

Islamofobia en los medios

Otro de los aspectos que ha vuelto a poner de relevancia el atentado de Barcelona es la islamofobia en los medios de comunicación. “Se nos atribuye siempre la religión en el titular. Denominar a los terroristas a través de la palabra estado con mayúscula también es un error, porque ni es Estado, ni es Islámico”, recalca Ali. “Es necesario crear otras narrativas”.

Contracampañas

Sin embargo, no siempre gana el discurso del odio. Las dos contracampañas que “hemos creado: #YoTeAcompaño y #UnTaxistaMarroquí” han tenido una respuesta “buenísima y preciosa” y han sido trending topic durante muchas horas.

Cabe subrayar que entre las víctimas del atentado de Barcelona hay musulmanes.

Es hora de que “se nos vea desde el punto de vista humano y no desde este terror”, puntualiza Aurora, “tenemos que estar unidos y no pueden dividirnos de esta manera, porque nosotros decimos muy alto: “No en nuestro nombre’”.