Conocido por su homofobia, el obispo de Alcalá de Henares, Juan Antonio Reig Pla, ha hecho de la página web de su arzobispado un portal imprescindible para las mentes más reaccionarias. Tal y como ha informado ELPLURAL.COM, el polémico prelado ofrece asesoramiento en colaboración con gabinete homófobos y retrógradas.

La mecánica es sencilla: los ciudadanos que acceden a la web del arzobispado de Alcalá de Henares encuentran una serie de recomendaciones. Para ampliar la información, y con el cebo de obtener una atención personalizada, Reig Pla proporciona el enlace a otros portales ultracatólicos en los que, entre otras barbaridades, se afirma que es posible “curar” la homosexualidad.

Las miradas lujuriosas
Pla también proporciona consejos para “purificarse antes del matrimonio” a través de “cinco pasos para ser virgen por segunda vez”, o desliza 12 consejos para dejar de masturbarse viendo pornografía. Sugerencias que aparecen entre supuestos testimonios de ciudadanos y  constantes consultorios sentimentales en los que pueden encontrarse preguntas de este estilo:

“Buenos días Padre, Tengo una duda. Nuestro señor Jesús dijo, quien mire con malos ojos a una mujer comete adulterio. Mi duda es hasta que punto se convierte en mala mirada, cuando ando en la calle miro a la gente y hay muchas mujeres que visten con ropa entallada. Como saber si miro con malos ojos y si es pecado que tan grabe es (mortal o venial), ya que no quiero ofender a Dios, y como puedo educar mi mirada, le agradezco padre su atención”.  

La respuesta que promociona el arzobispado de Alcalá de Henares no tiene desperdicio:

 “La cita exacta es Mateo 5,28: ‘Pues yo os digo: Todo el que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón’. Querido hermano. Toda mirada lujuriosa es pecado cuando se consiente. No consentir significa sinceramente rechazar ese pensamiento y combatirlo. Es cierto que la carne debilitada por el pecado nos mueve hacia la lujuria. Pero Jesús vino para sanarnos (…) Piense en cuanto sufrimiento hay por los pecados de lujuria. Nosotros podemos llevar luz y esperanza si somos testigos de Cristo (…) Si usted vive intensamente para el Señor verá que aumentará su capacidad de renunciar al pecado.  Si cae en miradas lujuriosas, enseguida piense en Jesús y pida misericordia. Piense como él desea que veamos a las personas. Podemos y vamos a triunfar sobre la impureza para ser hombres nuevos con mirada limpia”.